Nunca he encontrado, a lo largo de la vida o pocas veces, gente de palabra, gente auténtica.
La palabra, es una de las cosas más significativas que pueden diferenciar al ser humano de los mediocres.
Cuando alguien dice eres lo más importante para mi, te amo, te quiero con locura, eres lo mejor que me ha pasado, nadie me ha tratado como tú, después de ti sería muy difícil volver a empezar con alguien, nunca se dice con conciencia de lo que acarrean esas palabras.
Prefiero a la gente que aunque te hiera, te digan la verdad.
Esas cosas de con todo lo que hemos vivido, con todo lo que hemos pasado, muchas veces son palabras, palabras vacías que se dicen sin pensar, olvidando el daño que se hace al contrario si no vienés ya de vuelta de todo, si ya no te coge de sorpresa nada.
Confías y vuelves a confiar, siempre en la vida, pero cada,vez cuesta más creer en la gente, cada vez se enfrían más los sentimientos, cada vez crees menos en el mundo de los sentimientos.
Cuando el amor es verdadero, el real aceptas sin ningún tipo de premisa, el sacrificio, el aguantar, la vejación, los bajones y los subidones.
Quedan en la retina, en la memoria, los momentos eufóricos, los momentos límites vividos.
Simplemente ya no me coge nada de sorpresa, nada desgarra ya en este asunto. Pues esa coraza como capas de cebolla, van recubriendo los sentimientos.
Lanzas un guante, no es devuelto ofreces tu mano y no es correspondida esa mano lanzada.
Queda en esa memoria muchas, cosas muchos detalles que al final, te da esa satisfacción. De que aquel momento vivido fue y existió.
El ir a un monte gritar, ver una puesta de sol, recorrer un paisaje, comer una sandía en un momento inolvidable. Yo creo que lo que nos da forma a nuestra vida ,son esos momentos vividos esas pequeñas cositas cotidianas, doy a eso mucho valor, es más que esas palabras, sin sentido y falsas antes escritas.
El contigo pan y cebolla es una idiotez como una casa, nadie es lo suficiente loco para eso, más bien legal para eso.
Al final la vida es una pura comedia, una obra de teatro que al final es un drama vacío y sin sentido.
Por lo tanto nunca olvidemos, un refrán que ha sido un referente en mi vida.
"Nunca vuelve atrás, ni la flecha lanzada, ni la oportunidad pérdida, NI LA PALABRA DICHA"