martes, 16 de agosto de 2022

No te dejes ir hermano


Hoy le he dedicado mi texto a un amigo.

Despedirse de la vida, cuando ya no se tiene ganas de vivir, me resulta hasta ordinario.
Cuando me hablan de soledad, de depresión,de incomunicación, de dolor, de rabia, se muy bien de lo que me hablan. Todo eso y más lo sentí yo en carne propia.
No estoy con ellos por solidaridad, más bien por compañerismo. Se lo que es sentirse sólo rodeado de gente, es de las sensaciones más desagradables que pasé en mi vida.

Se lo que es esperar y desesperar, conozco el sabor de la traición, el sabor del desengaño, el desamor del miedo. He visto la enfermedad y el dolor la sufrí y lo padezco.
He vivido sin dinero, he visto morirse amores que parecían eternos y amistades de toda la vida.
Conozco los vicios,  también se lo que es volver con los bolsillos vacíos.
Conozco a los duendes de la resaca y el remordimiento.
He visto el odio pintado en unos ojos que me miraban y conozco los escalones de la locura.

He estado al borde de no querer nada, me quedé en una esquina, esperando y teniendo intención de terminar, con todo . Sin sentir nada, ni esperar nada, ni querer ver una nueva luz del sol. He tenido intenciones negras.
No alégrate por nada, desear nada, esperar nada, ni conmoverme por nada.

Lo padecí, a mi también también me tocó mi ración de sufrimiento.