Los indígenas fueron testigos de como la propiedad de la tierra y el agua se distribuyo entre los conquistadores, colonos y algunos indígenas que habían tomado parte en la conquista colaborando con los europeos, mientras la mayoría de los indígenas se vieron marginados dentro de la nueva sociedad, cuando no sometidos a la esclavitud. Al mismo tiempo se introdujeron nuevas formas de vida y sistemas de cultivos procedentes de España. El tradicional procedimiento de trueque de los indígenas fue sustituido por la relaciones comerciales características de la nueva economía de mercado. Las instituciones de origen europeo comenzaron a gobernar las islas y la religión cristiana se impuso el territorio isleño, con lo cual se inicio el proceso de aculturación de la población nativa, es decir, su adaptación, forzada o voluntaria a una nueva cultura creencias, comportamiento...
La reacción de los indígenas canarios ante este proceso de aculturación vario según fuera la actitud que los castellanos mostraron hacia ellos. Muchos indígenas rechazaron radicalmente la situación impuesta algunos mediante el suicidio como Bentejui, ultimo Guanarteme de Telde, en Gran Canaria que dirigió la resistencia final de los canarios frente a las tropas de Pedro de Vera. Ante el empuje de las fuerzas castellanas, tuvo que retirase junto a un grupo de guerreros a las montañas del interior de la isla. En la primavera de 1483, la desesperada situación de la población indígena y la superioridad militar castellana, acabo por precipitar la rendición de los canarios. Bentejui opto por el suicidio ritual, despeñándose por la fortaleza de Ansiste.
Otro suceso parecido fue el de Atanausú en La Palma que tras defenderse valientemente de los conquistadores por los pasos que conducían a la Caldera, fue engañado y traicionado por su pariente Juan de Palma, al servicio de Alonso Fernández de Lugo, siendo apresado con mucho de los suyos para ser vendidos con esclavos en España. sin embargo el héroe aurita prefirió morir de hambre antes que vivir en esclavitud y fuera de su isla. Abreu y Galindo recogió este acontecimiento " Y entre los presos cautivos que mando, fue uno el capitán Atanausú. El cual, viéndose cautivo y ser enviado a España, con el coraje enfermo y se dejo morir sin querer comer cosa ninguna" cosa muy común y ordinaria a los auritas.
En Tenerife, cuando la conquista llegaba a su fin Bentor y alguna de los suyos, ante el temor hacia los conquistadores buscaron refugio en los riscos de Tigaiga. Una mañana,Bentor, ante la inminencia de su apresamiento y segura esclavitud, salto al vacío desde lo alto de un barranco en suicidio ritual.
Otos indígenas mostraron su rechazo negándose a vivir en las nuevas poblaciones castellanas y se refugiaron en zonas alejadas o de difícil acceso con el fin de continuar con su propia cultura, formas de vida y creencias..
El poeta Viana resalta características físicas de los indígenas
Tenian todos por la mayor parte
.
magnanimo valor, altivo, espiritu
dispuesto al talle, cuerpo gigantesco,
rostros alegres, graves y apacibles,
agudo entendimiento, gran memoria,
trato agradable, noble y muy honesto,
y fueron con exceso apasionados,
al amor y provecho de su Patria.
Desde que los indígenas de los "bandos de guerra" vieron perdidas las esperanzas de poder echar a los invasores de la isla, se alzaron a las montañas en gran cantidad, y a pesar de los esfuerzos de Lugo por capturarlos no pudo lograrlo, salvo en raros casos, si bien se iban entregando con el tiempo.
En 1499 la situación para los colonos europeos era sumamente grave por el gran número de indígenas alzados que se habían acogido a las montañas y vivían en régimen de libertad, prevalidos del proverbial y mayor conocimiento del terreno. Este mismo año Lugo decreta una orden de reconquista respetando los "bandos de paces"; el teniente del gobernador, Gerónimo Valdés, propuso utilizar como guías a diversos guanches de su confianza, pero tropezó con la protesta del jurado Juan de Badajoz, que veía en la medida mayores peligros que ventajas.
El proyecto de reconquista nunca se pudo llevar a cabo; la prueba la tenemos en el acta 494 del Cabildo, año 1506 en la que se dice que "ay muchos guanches alzados en la isla y que roban los ganados y facen otros daños...". Según Rumeu de Armas, "...el problema de los guanches alzados no tenía en realidad solución porque se acogían a la protección de los indígenas de los "bandos de paces" al primer asomo de peligro. Los acuerdos del Cabildo aludieron durante muchos años a ellos con machacona insistencia. Su incorporación a la sociedad naciente, en régimen de libertad será obra del tiempo, tardando en producirse varias décadas".
Hubo también alzados en La Palma, especialmente la gente de Tanausú. Según la tradición oral de los pastores, en la cueva de "El Jumo" se refugiaban, sobre todo cuando los castellanos dieron fuego al monte para que los alzados se entregaran.
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