viernes, 17 de abril de 2015

Yo me quedo con el sistema de la antigua Yugoslavia

Yo me quedo con el sistema de la antigua Yugoslavia.

Más de diez trabajadores pasaba la empresa, pasaba a manos del estado, con lo cual no podían acopiar, grandes fortunas.

Se trató de un estado socialista compuesto por la federación de seis repúblicas menores: Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Macedonia y Montenegro.

A pesar de haber estado alineado inicialmente con el Bloque del Este, a partir de la Ruptura Tito-Stalin de 1948 el país adoptó una política de neutralidad y fue uno de los estados fundadores del Movimiento de Países No Alineados. Hasta 1980, Yugoslavia fue gobernada en la práctica por Josip Broz Tito, el cual mantuvo un distanciamiento con los países del Pacto de Varsovia y criticó las intervenciones soviéticas en Hungría, Checoslovaquia y Afganistán. Después de la muerte de Tito en 1980, el ascenso de los movimientos nacionalistas en las repúblicas constituyentes a finales de los años 1980 llevaron al desencuentro entre los múltiples grupos étnicos, seguido por el fracaso de las conversaciones entre las repúblicas para la transformación del país y también por el reconocimiento de independencia hecho por algunos estados europeos en 1991. En definitiva, todos estos hechos llevarían a un colapso del Estado yugoslavo, de su desintegración y caída final en 1992, eclipsado todo ello con el comienzo de las Guerras yugoslavas.

El Estado estaba organizado según la Constitución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia, la cual fue enmendada en 1963 y 1974. El Partido Comunista de Yugoslavia, ganador de las elecciones realizadas tras la Segunda Guerra Mundial, permaneció en el poder a lo largo de la existencia del Estado. Llamado también la Liga de Comunistas de Yugoslavia, estaba compuesta por los partidos comunistas de cada república constituyente. Josip Broz Tito fue el principal líder de la RFSY y su presidente desde su creación hasta su muerte en 1980, pero hubo otros políticos importantes, en especial tras la muerte de Tito.

A principios de los años 90, tras un proceso de reforma del Estado y privatización llevado a cabo desde la muerte de Tito, se realizaron elecciones multipartidistas en las distintas repúblicas. Los partidos comunistas, en muchos casos fragmentados o renombrados, perdieron el poder.

Económicamente el país fue organizado bajo las directrices del socialismo autogestionario (una de las expresiones más conocidas del denominado socialismo de mercado). Existía la posibilidad de crear empresas de hasta cinco trabajadores, dedicadas a ciertos sectores. El resto de empresas eran públicas, y estaban controladas por los propios trabajadores de cada empresa, quienes decidían cómo organizarse e invertir, y entre quienes se repartían los beneficios y pérdidas. Los productos de las empresas estatales eran posteriormente vendidos en el mercado privado, lo cual llevó en ocasiones a la competencia entre ellas para poder ayudarlos. A pesar del origen común, la economía de la Yugoslavia fue muy diferente a la economía de la Unión Soviética y el resto de países del bloque del Este, especialmente después de la ruptura de las relaciones entre la URSS y Yugoslavia (1948). Durante el período de posguerra la red de comunicaciones tuvo que ser ampliamente reconstruida debido a los daños que había sufrido durante la contienda, especialmente la red de ferrocarriles.

A pesar de que el estado era dueño de las principales compañías, estas empresas cooperativas de producción eran manejadas y organizadas socialmente por los mismos trabajadores en forma parecida a los kibbutz de Israel. A diferencia del resto de los países del bloque soviético, la economía yugoslava no era centralizada. La ocupación y la lucha durante la segunda guerra mundial devastaron la infraestructura. Inclusive, los lugares más desarrollados del país resultaban ser lugares muy rurales, con poca o total ausencia de infraestructura industrial (secundaria a los daños de la guerra).

Con excepción de la recesión a mediados de la década de los años sesenta del siglo pasado, la economía del país tuvo un buen desarrollo durante los años de Tito. La Crisis del petróleo de 1973 magnificó los problemas económicos del país, aunque el gobierno trató de resolver la situación con un amplio endeudamiento externo. A pesar de que estas acciones resultaron en una tasa razonable de crecimiento durante unos años (el PNB creció a 5.1% anual), este crecimiento en la práctica era insostenible ya que la tasa de endeudamiento externo creció a un ritmo anual del 20%.

Debido a la neutralidad del estado Yugoslavo y su liderazgo en el Movimiento de países no alineados, Yugoslavia tenía la capacidad de exportar hacia los mercados occidentales y orientales. La compañías yugoslavas fueron capaces de crear numerosos proyectos industriales en África, Europa y Asia.

Por otro lado, la cuestión del desempleo en la Yugoslavia comunista fue un problema crónico.Las tasas de desempleo se situaron entre las más altas de Europa durante su existencia y si no alcanzaron niveles críticos antes de la década de 1980 sólo se debe a la válvula de seguridad proporcionada por el envío de trabajadores "invitados" anualmente a los países industrializados avanzados de la Europa Occidental. El hecho de que los yugoslavos pudiesen migrar libremente desde 1960 permitió que la clase obrera pudiese encontrar trabajo en Europa occidental. Esto a su vez contribuyó a rebajar los índices de paro y, también, actuó como una fuente de capital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario