domingo, 5 de diciembre de 2021

Bifurcación en la vida

Los cuentos, siempre nos engañaron.

Hay que decir que los cuentos de final feliz, fueron todos mentiras, aunque en su desarrollo siempre se dejó circunstancias, destellos, habilidades que el transcurrir del tiempo, si se sucedieron.
Una moneda al aire, una bifurcación de caminos, tanto detalles de nimiedad, pero detalles, no determinantes para el final del cuento, pero si para situaciones de la vida.

Y si, también normalmente cuando aprendes te equivocas. Te equivocas siempre, para bien....lo aprendí tan rápido, el más mayor pero más inmaduro.
Y los dos caminos era opuestos, cómo la noche y el día, como la luna y el sol.

Y yo, ese protagonista sin querer en esa edad, elegí la lealtad a quién de primeras me dijo, que jamás se llegaría a pasar de un límite antes pactado. Acepté.
Y es que el corazón, siempre alberga esperanza.
La honestidad, fue su mejor virtud, no engaño a nadie y ahí fue fiel a sus principios.
Mantuvimos la amistad hasta el último día de su vida.
Recuerdo qué, en una conversación me dijo: hubieras elegido el otro camino y a lo mejor por diferentes motivos y circunstancias hubieras logrado ser feliz. Aunque cómo te demostré, no es una señal de no amor, aunque sea amor hacía uno mismo y se llama amor propio, y si, se determina una decisión, hasta las últimas consecuencias. Respondí ; en los designios del corazón, difícilmente manda la razón.
Pero me enseñaste que la lealtad, no se anda mendigando, quien quiere estar, está y si no estás, más gente hay en el camino. La decencia contigo misma, no la vi en nadie más.
Fría, calculadora, dura con palabras cortantes, nadie te va negar tus sombras, pero tus luces prevaleció tu filosofía hedonista, te hizo ser genuina. Por lo tanto, viviste para disfrutar de los placeres, intentando evitar el dolor. Y así fue. 

Y el lado, opuesto ese otro lado, que en aquel momento, ni le di, ni reparé, ni esperé por el simple hecho de la seguridad y es que dos años y medio de ventaja en aquel momento era mucha ventaja, pensaba. La ingenuidad y la estupidez van a la par. Yo tenía ambas virtudes. Y la seguridad, mata. Los vasos son recipientes de capacidad y se llenan. La paciencia tenía un límite, el cual yo había sobrepasado, más de lo que alguien, normal, que no te quisiera no lo hubiera aguantado.
Muchos años después, las circunstancias de la vida, me pusieron a mí en la misma tesitura. Aguante y aguante hasta que un día de un mes de enero dije a una persona determinada, hasta aquí llegué.
Y fue en ese momento, lo que había pasado, hacía tantas vueltas al sol, cómo si en una cinta de transporte, me llevara a tener, las mismas sensaciones, las mismas amarguras, que posiblemente, sentiste tú.
Te busque, llame por amigos y amigas en común que teníamos, debía darte una disculpa, pedirte perdón, me sentía muy miserable.
Recuerdo que cenamos, con la luna iluminando, toda la caldera.
No tiene sentido, pedirme disculpas ahora, me comentaste, pero oye si reconoces tu error, hoy después de casi diecisiete o dieciocho años.....bien por ti, has evolucionado.
¡ Lo mío ! Te tengo que dar las gracias. Es parte 
de la experiencia humana sentir dolor 
no tengas miedo 
a abrirte a él, fue aprendizaje. No te voy negar  que hace diecisiete o dieciocho años se me hizo una cicatriz, pero hoy la miro con ternura, esbozo una sonrisa.
Pase en estos años cosas, más graves, pero también me demostró que jugaste con mis sentimientos, con mi ilusión, con cosas sagradas, que te puedo y te considero amigo, pero tú lealtad quedó muy entredicho. Cómo pareja no me hubiera echado la manta a la cabeza. Mostrando tus cartas tan rápidamente, hizo qué mi corazón se retractarse de la decisión. 
Te dije....que la parte más bonita de la vida, es de los catorce a los veinticinco o treinta, después ya empiezas a tener una vida casi mecánica, casi programada y no hay tiempo para experimentar sensaciones. O muy pocas veces se da el hecho.
Tranquilo que conmigo estás en paz.
Sabes....no te estés martirizando, la vida es cómo viene, como actúas, el responsable es cada cual.
Si me hubieras dicho está disculpa en el momento....quien sabe lo que hubiera pasado, ni tú... ni por supuesto yo.

Y no quiero hacer, leña del árbol caído, pero por lo que me cuentas, nada tiene que ver tu experiencia, con tu amiga la déspota....me llevó muy bien con ella, pero.....una cosa no quita la otra, ni conmigo.
Tú giro, fue casi tornado, ciento ochenta grados, que gente tan rústica. ¿Cariñosos? Cariñoso es mi perro, Tim pero nada inteligente.
Todo lo contrario que nosotras dos, seguramente con orgullo estúpido de banalidad, sin base, sin humildad.
En fin, se cumple en ti y no creas que me alegro, que siembras trigo, pretendiendo recoger habichuelas.
Con la cabeza, baja de la vergüenza, asentir ante tanta verdad y una vez más dándome una lección, sin ningún aspaviento, ningún rencor, nada de odio.

Conteste: sabes, no es hacer la pelota, no es lo mío ( con tu cabeza me decías si) es un inmenso placer haberme cruzado, con las dos en la vida, me enseñaron cosas de vital importancia.
Entrelazados tus dedos con los míos me dijiste, lo mismo te digo.
Me quité una losa aquella noche, una losa de encima muy pesada y estuve hasta tus últimos días de consciencia contigo.

Cuando muere alguien que amas... Duele el alma,duele hasta respirar. Dicen que pasara pero es mentira, nada vuelve a ser igual. 
Aunque la llama, de los buenos momentos, te traen al presente.

La lección que aprendí...aunque por el camino duro. 

Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. 
La prudencia evita muchos. De ahí está frase de Baltasar Gracián. 

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