Tras la ocupación de la Península ibérica por las tropas francesas en 1808, la Junta Suprema de Canarias barajó la idea de independizarse de la corona española para convertirse en protectorado británico, integrarse en los Estados Unidos, al imperio del Brasil o a la América hispana según explica el historiador de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández, quien reproduce en el libro La junta suprema de Canarias y la emancipación americana el informe que elaboraron sus miembros cuando el poder de la monarquía borbónica española fue sustituido por el de José Bonaparte, satélite de la Francia imperial.El estudio de Hernández analiza además el protagonismo de las clases dirigentes tinerfeñas de la época, lideradas por el marqués de Villanueva del Prado, Alonso de Nava y Grimón, ya que constituyeron la Junta Suprema tras destituir de su cargo al capitán general con el objetivo de hacerse con el control político en todas las Islas. Control que sólo encontró el rechazo del Cabildo de Gran Canaria.Debates y alternativas. "Ante la evolución de los acontecimientos en la Península, estas elites decidieron plantear el futuro del archipiélago. Y tal y como explican en su informe aprovecharon la coyuntura política del momento para obtener un estatus de privilegio, ya que por aquel entonces se pensaba que Napoleón no iba a salir nunca de España", señala el historiador, que añade que este asunto se debatió en la Junta y tras barajar numerosas alternativas, entre las cuales se planteó la unión con la América hispana, la de integrarse a los Estados Unidos o la alcanzar un estatus especial si se agregaba al imperio del Brasil, finalmente se acordó el de crear una república independiente bajo protectorado británico. "Para tal fin fue fletado un barco para Gran Bretaña para negociarlo con el gobierno británico, aunque se frustró porque el navío fue hundido", añade. Estas circunstancias provocaron, explica Hernández, cierta inquietud en Canarias, lo que condujo finalmente a la disolución de la Junta Suprema y a su posterior integración en la Junta Central del Reino de España.El historiador señala que uno de los miembros de la Junta Suprema de Canarias, el marqués de El Sauzal, Gaspar de Franchy, que pasó gran parte de su vida en Francia, afirmó que esa "inquietud o miedo" tuvo su origen en la personalidad de Alonso de Nava, ya que no quiso que la Junta mantuviera a partir de entonces su operatividad.El libro La Junta Suprema de Canarias y la emancipación americana está basado fundamentalmente en documentación de uno de sus miembros, el marqués del Sauzal. Para el historiador el último gran periodo de expansión económica de Canarias ante del hundimiento de los vinos comprende el periodo 1796 a 1814, y particularmente a Tenerife, ya que era en aquel entonces el centro económico del archipiélago. Las elites tinerfeñas aprovecharon el bloqueo napoleónico y se enriquecieron gracias al comercio neutral que mantenían con los barcos de bandera norteamericana.Controlar el comercio. "Santa Cruz de Tenerife vivió una época dorada como centro de intermediación y también el Puerto de la Cruz con la exportación vinícola, ya que Inglaterra consumía grandes cantidades de vinos canarios gracias al bloqueo napoleónico". Ello explica, según Hernández, que las élites de Tenerife que controlaban todo el comercio quisieran aprovechar esa coyuntura con la desaparición del mando protector de la metrópolis para conseguir un estatuto que garantizase su libertad económica bajo el sostén de protectorado británico. El problema es que esta posición hegemónica de Tenerife fue contestada por Gran Canaria, ya que no quería someterse al vasallaje tinerfeño por lo que nunca aceptó la legalidad de la Junta Suprema, y constituyó un cabildo permanente como órgano soberano.Canarios en las Cortes de CádizEntre los canarios que participaron en las Cortes de Cádiz de 1812 destaca el gomero Antonio José Ruiz de Padrón, que siendo diputado por Canarias apostó por una constitución liberal, la creación de una universidad en las islas y la eliminación de ciertos tributos abusivos aplicados a los ciudadanos de Galicia, aunque ha pasado a la historia por su famosa alocución para abolir la Inquisición. También resalta el grancanario Pedro Gordillo, uno de los diputados liberales más radicales en Cádiz, ya que defendió un gobierno autonómico para Canarias con capital compartida, y ser el autor de un dictamen a favor de la abolición de los señoríos; y el icodense Santiago Key Muñoz, hermano del primer ministro de Hacienda de la República de Venezuela, Fernando Key Muñoz, que está considerado como el más conservador de todos los diputados canarios en las Cortes de Cádiz
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