lunes, 25 de mayo de 2015

La batalla y victoria de Acentejo


Acabada la conquista de San Miguel de La Palma, Alonso de Lugo se vuelve a Castilla con el fin de conseguir pertrechos para acometer la invasión de la isla guanche. Ya de vuelta, ultima los preparativos en Gran Canaria, consciente de la dificultad que entrañaba la nueva y última conquista.


En las operaciones de desembarco, una nao llamada "La Garrida" propiedad de lso vecinos de Palos de Moguer (España) Diego y Cristobal Garrido, encalló en los fondos rocosos de Puerto Caballos, hundiéndose posteriormente. Pasado este contratiempo, los expedicionarios españoles se encaminan hacia el margen derecha del actual Barranco Santos, estableciendo Lugo su campamento en un lugar cercano al mar en la rivera del mencionado barranco: el suministro e agua a la tropa ya no era problema, ofreciendo también este excelente emplazamiento la posibilidad de una rápida huida hacia los navíos fondeados en la cala de Puerto Caballos, muy próxima al lugar donde se encontraba el campamento. Desde estos momentos, y aparte de los trabajos efectuados para la instalación del campo, se inicia la construcción de la "Torre de Santa Cruz" para cuya edificación se utilizarían junto con los materiales desembarcados los recogidos en el suelo isleño; así mismo, se excavan trincheras, se levantan todo tipo de obras destinadas a garantizar la seguridad del provisional lugar de hospedaje. Mientras una parte de los hombres se dedican a trabajos de fortificación.


El desembarco de las huestes conquistadoras se realiza en las playas de Añazo (actual puerto de Santa Cruz). Formaban la expedición varios cientos de personas entre soldados y auxiliares canarios. Desde el primer momento trabaron relaciones amistosas con los reinos de paces: Güímar, Adeje, Abona y Anaga. Estos guanches colaboraron con los conquistadores en la lucha contra los reinos de guerra, destacando entre todos el mencey de Güímar. Después de rehacer una pequeña fortaleza que existía de anteriores incursiones, subieron hasta La Laguna de Aguere sin encontrar oposición. Asentaron el Real en el lugar que llamaron Gracia. Aquí tuvo lugar la entrevista entre los emisarios de Alonso de Lugo y el mencey‑jefe de la isla, Bencomo. El Adelantado exigió a éste la plena sumisión, a lo que el mencey contestó que si venía en son de amistad fuera bienvenido, en caso contrario que abandonara la isla, o habría lucha. 

 En la mañana del 1 de mayo de 1494, 30 navíos que transportaban una expedición compuesta por 1.500 hombres aproximadamente, al mando del gallego-andaluz Alonzo Fernandez de Lugo, se acercan a las costas de Achinech(Tenerife); los barcos permanecen al pairo media jornada, y una vez casi entrada la noche, se dirigena tierra donde desembarcarían los hombres, unos 150 caballos, armas, víveres y todo el material necesario para sus planes de conquista; y así, en el territorio denominado por nuestros antepasados Añaza (S/C de Tenerife) y concretamente en la actual zona del "Puerto Caballos", los europeos pisan suelo isleño con el firmer propósito de tomar en nombre de la corona de Castilla entera posesión de la isla.


 El dia 2 de mayo, un grupo numeroso de soldados emprenden una incursión barranco arriba y por sorpresa atacan un pacífico poblado guanche de añaza, logrando capturar en este asalto a 140 personas entre mujeres (tididîn), niños (inûba) y unos pocos hombres (midden) así como un considerable numero de cabezas de ganado. A los españoles esta operación les resultó muy sencilla pues los guanches en edad de pelea se encontraban en su mayoría en las zonas de alta montaña dedicados a cuidar de las cabras (ulli) y ovejas (tihattîn) que pastaban en los lugares próximos al Teide (Echeide). Los esclavos son llevados al campamento español e inmediatamente embarcados en una de las naves, ordenando Alonso Fernández de Lugo que dichos cautivos fuesen conducidos sin tardanza hacia la Gomera pues allí su futura esposa Beatriz de Bobadilla se cuidaría perfectamente de enviar a los mercados esclavistas de España a los desgraciados isleños, y por supuesto, que el dinero que la Bobadilla recibiría con el producto de su venta estaría en manos seguras hasta el momento de entregárselo al adorado paisano y conquistador español Alonso.

 El día 3 de mayo de 1494, se celebra en el campamento una "solemne misa de acción de gracia" y tomando posesión de la isla en nombre de los reyes de España, los europeos imponen al lugar guanche de Añaza el nombre de "la Santa cruz". El 5 de mayo, y habiéndose quedado reducido número de hombres en Añaza, la tropa invasora penetra en la sla, y cuando sin ningún contratiempo llegan al lugar de "Santa Maria de Gracia", el capitán conquistador considera hacer allí un improvisado campamento. Al mismo tiempo, Lugo envía varios emisarios con el objeto de tener una entrevista con el jefe indígena Benchomo de Imobach (el valle). 


,El mismo dia 5, y mientras su hermano Achimenchia (Tinguaro, nombre que Viana utilizó al no conocer su verdadero nombre), permanece a la expectativa con el grueso de los guerreros isleños (imdâg), el indómito Mencey de la confederación insular se presenta ante Lugo resguardado por 300 katuten (guerreos de mucho valor), y en nombre de todos los menceyes que formaban la unión kebesset Benchomo entabla conversación con el español para lo cual es necesaria la intervención de un maho de Titerogakaet (Lanzarote) - Guillen Castellano- que habiendo venido en la expedición, actúa de interprete. Alonso Fernandez de Luego comienza a hablar y una vez finalizada la extensa y verbosa introducción de su arenga dice:

 «...- Venimos a procurar vuestra amistad y la de vuestro pueblo y a requerirles que se hagan cristianos, como los son los de las otras islas comarcan-as, y os sujetéis y rindáis al rey de España, que os tomaría y recibiría debajo de su amparo y protección y os haría muchas mercedes»

 Imobac Benchomo, hombre discreto pero con dignidad sorprendente, contesta en los siguientes términos:

 «- En cuanto a la amistad les diré que ningún hombre que sea provocado por otro tendría por que huir de ella o rechazarla, pues la libertad es bien común; la admitiremos siempre y cuando ustedes se vayan de nuestra tierra y nos dejen en paz.»

 «En cuanto a lo de ser cristiano, sepan que no comprendemos que cosa es cristiandad, ni entendemos esa religión, pero les prometemos informarnos sobre la misma y en un futuro daremos respuesta a esta petición»

 « Mas a lo que ustedes nos proponen sobre sujetarnos al rey de España, les garantizo que en absoluto somos de ese parecer porque jamás me he sometido a ningún otro hombre como yo»

 El mencey, una vez finalizada la entrevista, decide abandonar el lugar, y al frente de sus katuten se encaminan hacia Izarda pues en dicha montaña "matancera" su hermano Achimechia esperaba pacientemente a que los españoles cayesen en la emboscada (tisebekka) que él y sus hombres le preparaban, y solamente le faltaba el mensaje de Benchomo para saber que el ataque se iba a llevar a cabo.

 Los Guanches se preparaban para el combate y como sus rudimentarias armas no podían con la de los españoles, se impone la táctica guerrillera, la sorpresa. Benchomo y Achimechia acuerdan separarse y formar dos bloques de asalto, y mientras Achimechia sería el primero en atacar desde la Montaña Oscura, Benchomo aguardaría hasta el momento en que el enemigo comenzara a desfallecer y de esa manera, sus hombres rematarían la labor de Achimechia y sus katuten.
Previamente, y para atraer a los soldados extranjeros los pastores guanches irían dejando cabras y ovejas por los lugares donde los españoles pasarían. chimechia semidormido, descansa intranquilo y nervioso en las faldas de la Montaña Izarda esperando con impaciencia el gran momento. Sueña con su Echeide..., su tierra..., trata de imaginar la figura de su amada Guajara..., vé sangre enemiga manchando sus manos y los Inûba de su patria corriendo despavoridos..., su pueblo siempre fue libre y esta dispuesto a mantener orgullosamente esa independencia..., ¡Que rabia!,¿Tahûlet!...,¡Tahûlet!...,¡Tahûlet! (valor, coraje, no tener miedo) Sobresaltado, despierta y dice para sí:

 « Pesado sueño, imagen de la muerte si la vida prometes me la quitas, con suspender así mi cuerpo fuerte: pues mis deseos facilitas, detente!; mas... ¿ que aguardo de esta suerte? Si mi valor a fama resucitas, al arma, al arma, a defender la tierra que el español se acerca por la sierra» Despabilado, el hermano de Benchomo se sitúa sobre la roca, y llamando a sus añaten, solicita que aquellos les presten su atención.
 Una vez los guerreros de su grupo reunidos, Achimechia les manifiesta: « Hermanos, a combatir nos llama el pregón guerrero, contra el tenaz extrangero que nos pretende oprimir. Resuelto estoy a morir en medio el combate insano: ¿quien habrá pues tan villano que con ardor no se lance a morir en este trance, o rechazar al cristiano? En los venideros dias nuestros nombres citarán. «Fueron valientes, dirán en tan sangrientas por fías de todas las valentías, la mas noble es defender la patria que nos dio el ser dando por ella la vida; porque la Paria es querida como el hijo y la mujer.» « Volemos pues al combate. Los barrancos, las alturas serán murallas seguras contra el hispano acicate. El pecho mio ya late en ansias de combatir, porque no puedo sufrir que el extranjero en mi tierra de la ley»

 El día 26 de mayo a las diez de la mañana, el ejército invasor levanta su campamento y avanza hacia el norte de la isla; pasan junto a la rivera de La Laguna ( aguere), dejan atrás Aguagarcía y Tacoronte y sorprendidos por su facil marcha se aventuran a penetrar mas en los tupidos bosques de la isla baja, recogiendo todo el ganado que los pastores canarios les iban dejando a su paso. 

Al estorbo de las armaduras se les une conducir un numeroso grupo de animales, pero creídos de que los isleños les habían cogido miedo y respeto, bravucona-mente no observan ningún tipo de precauciones. Cuando después de recorrer mucho camino y venir de regreso de Taoro llegan al barranco de Acentejo, en un bosque muy frondoso que desde los alrededores del actual pueblo de la matanza se extendía hasta la montaña oscura, los atentos hombres de Achimechia silban al ganado ( tauté), y las cabras y ovejas obedientes a la llamada de los pastores( imedânen) siembranla confusión dentro de la columna española. ¡ Es el momento del asalto!¡la tisebekka va a tener un gran resultado!; los guanches, que en momentos antes estaban concentrados en los alrededores de Izarda, embisten a sus enemigos con peidras y palos. Pasan varias horas, es casi entrada la noche y la lucha es muy encarnizada; los europeos se reagrupan y huyen barranco de Acentejo abajo para resguardarse del impetuoso ataque del grupo de Achimechia. Pero no habian recorrido mucho trecho, cuando comienzan a caer piedras desde lo alto del barranco; tratan de continuar y observan que frente a ellos se presentan gran numero de indígenas dispuestos a coartarles el paso, ¡ son los imdâg de Benchomo preparados para acabar la lucha iniciada por los de Achimechia!.¡ Es el fin! Los españoles entre dos frentes han caído en la trampa que nuestros antepasados les tendieron.

  De un CERTERO BELILLAZO (un belillazo es una pedrada) guanche, el conquistador Alonso Fernandez de Lugo PIERDE SU DENTADURA. Pedro el mayor, gran canario, cambia su capa azul por la roja que llevaba Lugo y con el objeto de que éste no fuese muerto por los guanches. Pedro el mayor pretende confundir a los guerreros guanches y por eso intercambia su capa con la del conquistador español. así pedro sera el que muera en lugar de su señor. Huyendo el capitán-conquistador hacia Añaza con varios hombres, otros 30 españoles se refugian en una cueva junto al mar y frente a un bajío que actualmente se conoce con el nombre de Caleta Salvaje. 

La batalla de Acentejo Esta batalla es conocida por las crónicas españolas como la Matanza de Acentejo.

 Bueno primero y para quien no este enterado ya. un Mencey es un rey entre los Indígenas de canarias y como pueden imaginar un menceyato es un reino.  «Era tan proverbial la fama de los guanches como pueblo altivo e indómito que de mutuo acuerdo la corona y el conquistador estimaron la imperiosa necesidad de reclutar un cuerpo expedicionario numeroso y aguerrido...» Pero el día 26 de mayo de 1494, aquel ejército organizado sufriría una de las mayores derrotas de su historia, sucumbiendo ante los hombres de un pueblo que a los arcabuces, espadas, armaduras y ballestas opusieron valientemente en el campo de batalla de Acentejo el coraje espiritual que les proporcionaba su gran amor a la Patria.Hacia allí también se encaminaron 25 o 30 guanches de Tamarán que, salvando el mar, nadaron hacia una roca situada en Caleta Salvaje y que hoy en día se denomina Baja de Juan Blás. La lucha habia concluido. Y mientras los invasores fueron rechazados y estrepitosamente derrotados, el pueblo guanche alcanzó los objetivos que en un principio se propusieron: defender la integridad y la libertad (ellellu) de su territorio y de sus gentes. En la batalla de Acentejo murieron muchos guanches "- Tauco, Badayco, Caluca, Afur, Guayona, Hucanón, Bendalut,Guadituco,..." Y en la batalla de acentejo, mas de 1000 españoles dejaros sus cuerpos sin vida en manos de los defensores de la Patria Canaria. Al amanecer del día 27 de mayo de 1494, las montañas isleñas transmitianen eco (awal-n-azeru) el grito que en los poblados, los ancianos, mujeres, hombres y niños manifestaban su regocijo. Ternu!, Ternu!, Ternu! (Victoria).


Ante el descalabro de La Matanza, Alonso de Lugo marcha a Gran Canaria; de aquí viaja a la Corte y busca refuerzos del Rey y del duque de Medina Sidonia. A fines de 1495, Alonso de Lugo realiza su segunda gran entrada en Tenerife con nuevos bastimento y soldados. El desembarco se hizo otra vez en las playas de Añazo y, como medida previsora, mejora la antigua fortaleza y manda levantar otra en Gracia. Se internan en la isla. Al frente de las tropas, Alonso de Lugo y su lugarteniente Bartolomé Estupiñán. Los guanches, con Bencomo a la cabeza, esperan, en La Laguna, decididos a presentar batalla al ejército invasor, pero en esta ocasión habían escogido mal el terreno. La batalla de La Laguna se libró probablemente en noviembre de 1495.

Resuelto el problema de los abastecimientos, que se había presentado en el campamento de Santa Cruz, el ejército conquistador reemprende la campaña con vista a la victoria final. Alonso de Lugo avanza hacia el menceyato de Taoro hasta asentar el Real en el lugar que se llamó Realejos (real pequeño).

 Los menceyes guanches, con lo mejor de sus hombres, se aprestan para otra batalla, que no tardará en producirse en un lugar próximo a donde había ocurrido la matanza de Acentejo o la victoria guanche anterior pero, esta vez, la suerte les sería adversa. Iniciada la lucha, los de Lugo derrotaron a los guanches, muchos de los cuales fueron inmediatamente esclavizados

 Se tienen pocas noticias sobre su desarrollo, pero lo cierto es que los guanches sufrieron una aplastante derrota. Existen versiones que afirman la muerte en la refriega de Bencomo y Tinguaro, líderes del lado aborigen, pero no hay certeza sobre este hecho. Los guanches supervivientes de la batalla nombraron Mencey a Bentor, hijo de Bencomo y se dispersaron por el reino de Taoro y aledaños. Mientras, surgió una epidemia de peste que asoló a la población guanche, que los cronistas llamaron «modorra guanche»


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