jueves, 5 de enero de 2017

Aquellos Reyes

Las noches de Reyes.

En mis tiempos de niño, como todos los niños en un barrio obrero, se acostaba uno a las 9 de la noche, como muy tarde. Esa noche de nervios en una casa con 7 personas y tres cuartos, en mi litera, la de abajo porque era el más chico y la escala de mando era el soldado raso, era lo que mi hermana, que estaba por encima mía lo que ella dijera, siempre fuimos y somos ruines, pero ruines de pequeñas putadas y sin pensar alguna de mis hijas también lo heredó. Mi hermana procuraba que la manta cubriera mi litera, para ella largarse unos pedos apestosos, que te dejaban amarillo.

Pero era una noche especial, nosotros los niños de aquel barrio, nos levantábamos, a las 5 de la mañana y en plena oscuridad, con las bicicletas que nuestros padres hacían muchas veces de aquí y de allí las "tuneaban" y con dos manos de pintura quedaba todo arreglado. Eran tiempos enternecedores, de complicidad entre muchachos y muchachas. Los padres más pudientes pocos la verdad, pues éramos familias largas, compraban grandes juguetes. Mi padre se empeñó en comprarme una equipación del Tenisca y fue a casa de don Wolter a buscarla, apenas tenía yo 7 años. Los días consecutivos eran partidos de fútbol interminables, también eran meses donde se hacían grandes calderos de comidas de cuchara para aprovechar durante toda la semana, la comida. En fin recuerdos que le vienen a uno en una noche de Reyes.

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