Tifawin.
LA HISTORIA DE NAYRA
Hace ya muchos años en la isla de Gran Canaria vivió un noble y ya algo mayor Guanarteme que tenía una única hija. Su esposa, su hija y él eran, como todas las familias canarias de antes, de ahora y de todos los tiempos, una familia unida. Un trágico día él, de camino a casa por una vereda, fue atacado a traición por un grupo de invasores en la época de las conquistas. Su hija presenció todo escondida tras una retama. Sus ojos, llenos de lágrimas, su pecho quebrado, su alma rota, ..., acudieron al socorro de su padre , pero cuando ya se habían ido sus asesinos pues fue tal el miedo que sintió en esos momentos que se quedó paralizada. Su padre, un temerario guayre (guerrero de Gran Canaria) murió en sus brazos. Ella sintió tanta rabia y tanto remordimiento por no haber actuado sino haberse escondido tras unas retamas, que juró vengar la muerte de su padre. Tapó bajo los tamarcos sus largos cabellos, escondió su cuerpo de mujer y se transformó en un feroz guerrero, la voz populis decía que el valiente Nayra (ya que Naira en sus orígenes es nombre nativo canario de hombre y no de mujer) parecía haber vuelto a sus andanzas de juventud cuando era temido como feroz guerrero, todos creían que era el padre, ya difunto, pero era su hija. Solamente su madre conocía la verdad.
La joven Nayra (escrito con Y ) se convirtió en una pesadilla para los españoles. Era un guerrero muy temido, tal cual lo era su padre y sus encuentros con ella siempre resultaban catastróficos para los españoles. Hasta que, también a traición, la apresaron en una emboscada. Al destaparla y descubrir que era una mujer, tras la jacta y mofa colectiva de los invasores, decidieron perdonarle la vida, llevándola como esclava para servir en una corte de Valencia. Pero NAYRA , como tantos nativos canarios de la época, prefirió suicidarse. Al grito de VACAGUARÉ se tragó la lengua (era la modalidad de suicidio de los nativos canarios, quienes preferían morir suicidándose a servir como esclavos y ver su orgullo masacrado). Cuando fueron a buscarla dentro de la jaula donde la llevaban encadenada en uno de esos barcos usados en las conquistas, la encontraron muerta, asfixiada por tragarse su lengua (¡hay que tener valor para suicidarse asfixiándose con su propia lengua!). Como dijera el Ché Guevara: Prefiero morir de pie, que vivir toda mi vida arrodillado.
Algo que muy poca gente sabe es que en los registros civiles, cuando los españoles los implantaron en las Islas Canarias, aún se inscribían varones canarios que llevaban el nombre de Naira, pero para distinguirlo de las mujeres con el mismo nombre, inscribían a las mujeres escribiéndolo con Y, NAYRA. Por eso NAYRA para mujer va con Y y para hombre (que ya ni se escucha) es con I.
Heredé una amplia tradición oral guanche de mis ancestros y es mi deber continuar comunicando este legado...
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