Que fácil es la demonización a los antisistema.
Cuando el sistema, a fallado de largo, cuando el sistema es caduco. Cuando el sistema es injusto, cuando el sistema es ese niño abusón del colegio que quita las perras del desayuno a sus víctimas.
Cuando el sistema favorece a unos pocos, en detrimento de la mayoría, cuando el sistema lo maquilla de una democracia sin ser más allá de una simple dictadura.
Cuando el sistema ha asesinado indirectamente o directamente más que cualquier dictador o sanguinario de los que pululan a lo largo de la historia.
Cuando a través de movimientos, supuestamente sociales, se sirve de herramientas para seguir manteniendo el propio sistema.
Cuando los antisistema, todavía a día de hoy no han demostrado sus teorías, ni sus modelos económicos ni sociales.
Cuando los trabajador@s se les han traicionado desde la propia parte del sistema llamado socialdemócracia. Vendid@s como cualquier cabeza de ganado.
En fin, cuando nos daremos cuenta que quien nos mata, quien nos, somete a su complacencia.
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