Y llegó el día .
El día que se cerraron las, puertas del pasado un pasado, no todo lo bueno, que uno quería, también es cierto que la felicidad y el dolor se miden por momentos puntuales.
En dos décadas, con apoyos con un compadreo, con complicidad y porque no con vicisitudes, con caídas en picado, con vuelos estables, con llanuras de alegrías y vacíos de tristezas.
Hoy se cierran, puertas y el típico tópico de que se abren ventanas. O no pero la vida es como en un principio, cuando somos niños, sin la curiosidad de obtener un logró de subir una pared, mientras no la subas, no sabrás, si la puedes rebasar o no.
La vida es una montaña rusa, donde subes muy lentamente y bajas en picado, haciendo que la adrenalina del vivir, llegue a sus máximos exponentes.
No se tiene que, ver la pérdida, se tiene que ver la experiencia de lo vivido, si en un balance, es positivo o negativo.
Cada uno tiene, su propia báscula, cada uno da importancia, a los detalles, pues para lo que algunos les parecen ínfimos a otros les parece, el máximo esplendor.
Sólo sacar notas de un acto de constricción, que simplemente son dos décadas de vida.
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