Isla de La Palma
En la parte Noroccidental del archipiélago de las Canarias,
se encuentra la isla de la Palma, también conocida como la isla bonita o isla
Verde, por sus exuberantes bosques y extraordinarias bellezas naturales. Tiene
una superficie de 706 kilómetros cuadrados y una población de 80.000
habitantes, repartidos en 14 municipios. Se dan en esta isla unas alturas
considerables para un perímetro tan corto. Su altura máxima es el Roque de los
Muchachos con 2.426 m., aunque toda la cordillera central de la isla sobrepasa
los 2.000 metros. La distancia desde Tenerife es de 85 kilómetros, mientras que
desde españa (Cádiz) es de 1.440 kilómetros. Como el resto de las
Canarias y demás archipiélago que forman la Macaronesia, es de origen
volcánico, distinguiéndose de todas las demás por el verdor de sus montes y la
abundancia de agua, siendo La Palma la única isla canaria que tiene arroyos o
pequeños ríos.
A lo largo de la historia La Palma ha recibido numerosos
nombres. Puede que la Junonia Maior que aparece en el texto de Plinio el Viejo
haga referencia a La Palma. También recibe el nombre de San Miguel de La Palma.
Los antiguos pobladores, la denominaban Benahoare (mi tierra).
Los antiguos habitantes de La Palma eran los benahoaritas,
auaritas o awaras. En el momento de la invasión, estaba dividida en 12
cantones. Los primeros textos sobre La Palma datan de la Baja Edad Media
(siglos XIV y XV). Aunque faltan datos concretos al respecto, se calcula que la
población en ese momento, podía oscilar en torno a los 9.000 habitantes. Los
aborígenes vivían fundamentalmente del pastoreo de cabras, ovejas y cochinos y
recolectaban frutos y raíces con los que elaboraban una especie de harina a la
que llamaban "gofio", hecha con raíces de helecho y amagantes, que
tostaban y molían.
Se cree que el origen de los antiguos pobladores de la isla de la
Palma proviene de algunas tribus bereberes con emplazamiento al noroeste del
continente africano e incluso en la parte de Libia, aún hoy alguna tribu auara esta establecida en Egipto. Se desconoce si estos pobladores vinieron por propia
voluntad o llegaron de otra forma a través de otras civilizaciones
mediterráneas como los (romanos,fenicios,...). La principal característica de
su aspecto era su altura. Muchos historiadores han señalado que los palmeros eran
los más altos de Canarias, incluso llegando a hablar de gigantes. Sin embargo,
estadísticamente los restos hallados en los yacimientos muestran que la
estatura media era de 1,70 metros para los hombres y de 1,65 metros para las
mujeres.Muchos historiadores han hecho constatar el carácter belicoso de los pobladores. Éstos tenían con mucha frecuencia guerras civiles así como pequeños
enfrentamientos. Muchas de estas peleas no se restringían a un cantón sino que
con frecuencia afectan a toda la isla. Un ejemplo de fuerte confrontación se
tuvo entre Atogamtoma (señor de Tijarafe) con Tanausú (Aceró) o Mayantigo
(Aridane). Una característica descrita por varios autores es tal que describe a
las mujeres benahoritas con una gran fuerza y agresividad, participando en las
batallas, como es el caso de la figura de Guayafanta.
Los antiguos pobladores también tenían un sistema de
gobierno que aunque primitivo permitía discutir sin peleas muchos de los
problemas existentes, esta institución era el Tagoror. Asimismo, dentro de la
comunidad se le daba mucha importancia a la familia y permitía unir a varios
miembros en grupos por mismo linaje de sangre. Esta unión podría ser de primer
orden o nuclear (padres e hijos) o también retrospectiva o extensiva (un
antepasado común)
Antes de la conquista
Benahoare tenía solo un rey en 1460. Después, este rey a su muerte dividió la
Palma en 12 cantones diferentes y se los dejó a sus familiares. Esta
proposición cobra fuerza ya que todos los capitanes estaban emparentados entre
sí. Además, es conocido que cada cantón podía ser gobernado en una especie de
gobierno familiar por uno, dos y hasta tres hermanos.
Se cree que el pueblo benahorita tenía una historia de
alrededor de unos 2000 años, hasta que en 1493 Alonso Fernández de Lugo desembarcó
en la isla con la firme intención de conquistarla.
División territorial .
Suele aceptarse que los 12 cantones o segmentos en los que
se dividía la isla en el momento de la conquista eran:
1 Aridane (Mayantigo). Que se extendía por gran parte del
Valle de Aridane (los actuales municipios de El Paso, Los Llanos y Tazacorte).
2 Tihuya (Chedey). Que se extendía desde el anterior hasta
la montaña de Tamanca. Abarcaría las zonas actualmente conocidas como Tajuya,
Todoque, Puerto Naos, La Laguna y parte de Las Manchas.3 Tamanca (Tamanca). Se
extendía hasta el Charco. Abarcaría parte de lo que es hoy Las Manchas.4
Ahenguareme (Echentive y Azuquahe). Correspondería al actual Fuencaliente.5
Tigalate (Juguiro y Garehagua). Aparece en ocasiones denominado también como
Mazo. Abarcaría el territorio del municipio de Mazo actual.6 Tedote (Tinisuaga,
Agacensie y Ventacayce). Corresponde a Santa Cruz de la Palma y Las Breñas.7
Tenagua (Atabara). Corresponde a Puntallana.8 Adeyahamen (Bediesta).
Corresponde al actual municipio de San Andrés y Sauces.9 Tagaragre (Tediaba y
Autinmara). Correspondería a Barlovento10 Tegalgen (Bediesta). Abarcaría el
actual Garafía11 Tijarafe (Atogmatoma). Abarcaría los actuales municipios de
Tijarafe y Puntagorda.
Al cantón correspondiente a La Caldera lo llamaban
"Aceró", que quiere decir "lugar fuerte e invulnerable", y
su jefe se llamaba Tanausú.
A diferencia de Tenerife o Gran Canaria, en La Palma no
existía ninguna superestructura por encima de estas unidades. De hecho este
sistema de poder no es permanente y estas unidades o segmentos podían estar
divididas en otras más pequeñas (en las propias fuentes del siglo XVI se hace
referencia a otras unidades como el "bando de Gazmira").
DATOS HISTÓRICOS. La
conquista de La Palma para españa comienza el 29 de Septiembre de 1492 con el
desembarco en las playas de Tazacorte de las tropas comandadas por el
adelantado Alonso Fernández de Lugo, terminando la misma el 3 de Mayo del año
siguiente. Los primitivos pobladores llamaban a su isla Benaohare y estaba
dividida en 12 cantones o señoríos que gobernaban otros tantos señores. Luego
tuvieron que librar la gran batalla de Timibúcar para vencer la resistencia de
los cantones aliados de Tedote y Tigalate, venciendo a Bentacayse, jefe de
Tedote, y a los hermanos Jariguo y Garehagua, que compartían el poder en
Tigalate. El último rey palmero en
someterse a los invasores fué el indómito Tanausú, que gobernaba el reino de
Aceró (Caldera de Taburiente). Tras los fallidos intentos de los castellanos de
adentrarse en la Caldera para reducir, Fernández de Lugo mandó a un tal Juan de
Palma, pariente de Tanausú ya cristianizado, para convencer a éste de que
saliera por el paso de Adamancasis para hacer un pacto de caballeros. Así lo
hizo Tanausú fiel a su palabra de caballero, y fué capturado en una emboscada
en el lugar conocido hoy como El Riachuelo, en las proximidades de La
Cumbrecita. Una vez concluido la conquista, con la incorporación de la isla de
La Palma a la corona de Castilla, comienzan a llegar a ella, castellanos,
mallorquines, catalanes, portugueses, italianos, flamencos etc. atraídos por
las riquezas de esta tierra. Todas estas gentes y los pocos indígenas que
seguramente quedaron, forman el tronco de la población palmera actual. Ya en el
siglo XVI la isla adquiere una notable pujanza, los trapiches o ingenios
azucareros tienen una gran actividad. También se exportaban notables cantidades
de vino Malvasía, miel y otros productos. Se instalan los primeros astilleros y
el puerto de Santa Cruz de La Palma desarrolla una intensa actividad comercial,
con enlaces marítimos a Europa y América. Esta prosperidad de la isla atrae a
famosos piratas y corsarios de la ‚poca, como el francés jambe de Bois (Pata de
Palo), que en 1553 saqueó e incendió Santa Cruz de La Palma, destruyendo
importantes monumentos y archivos de la ciudad. En pleno siglo XVIII el puerto
de Santa Cruz es considerado el tercero del imperio, después de Amberes y
Sevilla. De él son despachados buques para América y en la capital palmera se
crea el primer juzgado de Indias. Mención especial merece la construcción naval
favorecida por la abundancia de madera en los bosques de la isla. A poco de la
conquista se instalaron los primeros astilleros, que mantuvieron una gran
actividad hasta los años 40 de este siglo. De ellos salieron valerosos veleros
como La Amistad, San Miguel Nivaria, Rosa del Turia, Ninfa de los Mares, La
Fama, El Triunfo, La Verdad etc. De todos ellos hay que destacar a La Verdad,
admirado en todos los puertos de Europa y América que visitaba. Fu‚ construido
por Don Sebastián Arocena en 1873, tenía 40 metros de eslora y cargaba 700
toneladas. Se dice que en sus numerosos viajes a Cuba llevó hasta 400 pasajeros
más la tripulación y llegó a hacer el viaje La Palma - Cuba en solo 18 días, lo
cual era un acontecimiento de la ‚poca. En 1899 se terminó la vida de este
popular velero, naufragando en las islas Bermudas. En el siglo XIX se introduce
en la isla el cultivo de la cochinilla (parásito de las tuneras) para hacer
tintes, que vino a significar una importante fuente de ingresos para los
campesinos. También resurge de nuevo la caña de azúcar, que se había abandonado
y se traen las primeras plataneras. Ya en pleno siglo XX se extiende de tal
forma el cultivo del plátano que en la actualidad es la base primordial de la
economía palmera, con unas exportaciones superiores a los 130 millones de
kilos. Otros complementos a la economía insular son, la ganadería caprina, la
pequeña industria tabaquera, el vino, el cultivo del aguacate y una joven
industria turística. Hay que resaltar la labor del agricultor palmero, que con
un esfuerzo sobrehumano ha puesto en regadío fértiles tierras, donde antes
había solo campos de lava estériles, buscando el agua en las entrañas de la
isla y transportando la tierra desde lejanos lugares. Tienen los palmeros
merecida fama de ser expertos agricultores, no sólo en su tierra sino fuera de
ella, donde el emigrante isleño ha dejado huellas palpables de su paso.
CLIMA. El clima es muy variable, según la zona en que uno se
encuentre, teniendo en cuenta que estamos en una isla con alturas superiores a
los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y dos zonas bien diferenciadas: La
parte nordeste favorecida por los vientos alisios cargados de humedad y la
sudoeste mucho más seca y soleada. En toda la franja costera hasta la cota de
los 200 metros hay una temperatura media de 20 grados. Una vez superemos esta
altura, en invierno, el termómetro desciende según vayamos subiendo, hasta
llegar incluso a 0 grados en las partes altas de la isla. En verano, las
temperaturas en las zonas altas alcanzan con facilidad más de 30 grados.
PLUVIOMETRÍA. Es la
isla más favorecida por las lluvias, debido a su peculiar relieve, las
borrascas atlánticas le afectan con frecuencia. Por otra parte, toda la franja
nororiental se ve afectada frecuentemente por los alisios, que forman el mar de
nubes, produciendo con ello la llamada "lluvia horizontal" -al
contacto de estas con los árboles, lluvia en forma de goteo de gran importancia
para los acuíferos. En cuanto a datos pluviométricos, la franja costera del
sudoeste es la menos lluviosa con 350 litros anuales por m2., en medianías
sobre los 500 litros por M2. y en zonas medias altas se sobrepasan los 1.000
litros por M2 . anuales.
MANANTIALES. En La Palma están los principales manantiales
de Canarias y donde existen los únicos arroyos de aguas transparentes. Los de
la Caldera de Taburiente y Marcos y Corderos en los Sauces son los más importantes,
así como los del barranco del Río en Santa Cruz de La Palma. Desde la
conquista, -estas aguas de nacientes fueron aprovechadas como fuente de energía
para los trapiches azucareros y los molinos de gofio.
FLORA Y VEGETACIÓN. A
pesar de la mano depredadora del hombre desde la conquista, la isla conserva
aún importantes vestigios de vegetación. Los más importantes son los bosques de
Laurisilva del norte, como El Cubo de La Galga y El Canal. Los Tilos están
declarados como reserva de Biosfera y protegidos por la Unesco. También el pino
Canario puebla gran parte de la isla y desde hace años está prohibida su
explotación, por lo que esta especie, que vive incluso en terrenos muy pobres,
se está extendiendo a tierras que le fueron usurpadas en otra ‚poca. Según el
botánico palmero, Arnoldo Santos, la flora endémica de esta isla está compuesta
por 70 especies, otras 104 son endemismos canarios y 33 macaronésicos. El resto
hasta llegar a 774 especies son introducidas o espontáneas. Entre los
endemismos palmeros destacan los Bejeques, de los que existen varias clases,
Cardoncillo (Ceropegia Hians), Violeta o Pensamiento de la cumbre (Viola
Palmensis), el Tajinaste, también con varias especies, tagasaste, tomillo de
burro, etc. Del legendario y famoso Drago, endemismo de la Macaronesia, quedan
en la Palma una notable cantidad, la más importante de Canarias. Pueden verse
bellos ejemplares de este singular árbol en las Breñas, Garafía, Punta Gorda
... Pero los montículos más interesantes están en La Tosca (Barlovento) y en
Buracas (Las Tricias).
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