lunes, 3 de octubre de 2016

Algo de apuntes.

Isla de La Palma


En la parte Noroccidental del archipiélago de las Canarias, se encuentra la isla de la Palma, también conocida como la isla bonita o isla Verde, por sus exuberantes bosques y extraordinarias bellezas naturales. Tiene una superficie de 706 kilómetros cuadrados y una población de 80.000 habitantes, repartidos en 14 municipios. Se dan en esta isla unas alturas considerables para un perímetro tan corto. Su altura máxima es el Roque de los Muchachos con 2.426 m., aunque toda la cordillera central de la isla sobrepasa los 2.000 metros. La distancia desde Tenerife es de 85 kilómetros, mientras que desde españa (Cádiz) es de 1.440 kilómetros. Como el resto de las Canarias y demás archipiélago que forman la Macaronesia, es de origen volcánico, distinguiéndose de todas las demás por el verdor de sus montes y la abundancia de agua, siendo La Palma la única isla canaria que tiene arroyos o pequeños ríos.
A lo largo de la historia La Palma ha recibido numerosos nombres. Puede que la Junonia Maior que aparece en el texto de Plinio el Viejo haga referencia a La Palma. También recibe el nombre de San Miguel de La Palma. Los antiguos pobladores, la denominaban Benahoare (mi tierra).
Los antiguos habitantes de La Palma eran los benahoaritas, auaritas o awaras. En el momento de la invasión, estaba dividida en 12 cantones. Los primeros textos sobre La Palma datan de la Baja Edad Media (siglos XIV y XV). Aunque faltan datos concretos al respecto, se calcula que la población en ese momento, podía oscilar en torno a los 9.000 habitantes. Los aborígenes vivían fundamentalmente del pastoreo de cabras, ovejas y cochinos y recolectaban frutos y raíces con los que elaboraban una especie de harina a la que llamaban "gofio", hecha con raíces de helecho y amagantes, que tostaban y molían.
Se cree que el origen de los antiguos pobladores de la isla de la Palma proviene de algunas tribus bereberes con emplazamiento al noroeste del continente africano e incluso en la parte de Libia, aún hoy alguna tribu auara esta establecida en Egipto. Se desconoce si estos pobladores vinieron por propia voluntad o llegaron de otra forma a través de otras civilizaciones mediterráneas como los (romanos,fenicios,...). La principal característica de su aspecto era su altura. Muchos historiadores han señalado que los palmeros eran los más altos de Canarias, incluso llegando a hablar de gigantes. Sin embargo, estadísticamente los restos hallados en los yacimientos muestran que la estatura media era de 1,70 metros para los hombres y de 1,65 metros para las mujeres.Muchos historiadores han hecho constatar el carácter belicoso de los pobladores. Éstos tenían con mucha frecuencia guerras civiles así como pequeños enfrentamientos. Muchas de estas peleas no se restringían a un cantón sino que con frecuencia afectan a toda la isla. Un ejemplo de fuerte confrontación se tuvo entre Atogamtoma (señor de Tijarafe) con Tanausú (Aceró) o Mayantigo (Aridane). Una característica descrita por varios autores es tal que describe a las mujeres benahoritas con una gran fuerza y agresividad, participando en las batallas, como es el caso de la figura de Guayafanta.
Los antiguos pobladores también tenían un sistema de gobierno que aunque primitivo permitía discutir sin peleas muchos de los problemas existentes, esta institución era el Tagoror. Asimismo, dentro de la comunidad se le daba mucha importancia a la familia y permitía unir a varios miembros en grupos por mismo linaje de sangre. Esta unión podría ser de primer orden o nuclear (padres e hijos) o también retrospectiva o extensiva (un antepasado común)
 Antes de la conquista Benahoare tenía solo un rey en 1460. Después, este rey a su muerte dividió la Palma en 12 cantones diferentes y se los dejó a sus familiares. Esta proposición cobra fuerza ya que todos los capitanes estaban emparentados entre sí. Además, es conocido que cada cantón podía ser gobernado en una especie de gobierno familiar por uno, dos y hasta tres hermanos.
Se cree que el pueblo benahorita tenía una historia de alrededor de unos 2000 años, hasta que en 1493 Alonso Fernández de Lugo desembarcó en la isla con la firme intención de conquistarla.
División territorial .
Suele aceptarse que los 12 cantones o segmentos en los que se dividía la isla en el momento de la conquista eran:
1 Aridane (Mayantigo). Que se extendía por gran parte del Valle de Aridane (los actuales municipios de El Paso, Los Llanos y Tazacorte).
2 Tihuya (Chedey). Que se extendía desde el anterior hasta la montaña de Tamanca. Abarcaría las zonas actualmente conocidas como Tajuya, Todoque, Puerto Naos, La Laguna y parte de Las Manchas.3 Tamanca (Tamanca). Se extendía hasta el Charco. Abarcaría parte de lo que es hoy Las Manchas.4 Ahenguareme (Echentive y Azuquahe). Correspondería al actual Fuencaliente.5 Tigalate (Juguiro y Garehagua). Aparece en ocasiones denominado también como Mazo. Abarcaría el territorio del municipio de Mazo actual.6 Tedote (Tinisuaga, Agacensie y Ventacayce). Corresponde a Santa Cruz de la Palma y Las Breñas.7 Tenagua (Atabara). Corresponde a Puntallana.8 Adeyahamen (Bediesta). Corresponde al actual municipio de San Andrés y Sauces.9 Tagaragre (Tediaba y Autinmara). Correspondería a Barlovento10 Tegalgen (Bediesta). Abarcaría el actual Garafía11 Tijarafe (Atogmatoma). Abarcaría los actuales municipios de Tijarafe y Puntagorda.
Al cantón correspondiente a La Caldera lo llamaban "Aceró", que quiere decir "lugar fuerte e invulnerable", y su jefe se llamaba Tanausú.
A diferencia de Tenerife o Gran Canaria, en La Palma no existía ninguna superestructura por encima de estas unidades. De hecho este sistema de poder no es permanente y estas unidades o segmentos podían estar divididas en otras más pequeñas (en las propias fuentes del siglo XVI se hace referencia a otras unidades como el "bando de Gazmira").

 DATOS HISTÓRICOS. La conquista de La Palma para españa comienza el 29 de Septiembre de 1492 con el desembarco en las playas de Tazacorte de las tropas comandadas por el adelantado Alonso Fernández de Lugo, terminando la misma el 3 de Mayo del año siguiente. Los primitivos pobladores llamaban a su isla Benaohare y estaba dividida en 12 cantones o señoríos que gobernaban otros tantos señores. Luego tuvieron que librar la gran batalla de Timibúcar para vencer la resistencia de los cantones aliados de Tedote y Tigalate, venciendo a Bentacayse, jefe de Tedote, y a los hermanos Jariguo y Garehagua, que compartían el poder en Tigalate.  El último rey palmero en someterse a los invasores fué el indómito Tanausú, que gobernaba el reino de Aceró (Caldera de Taburiente). Tras los fallidos intentos de los castellanos de adentrarse en la Caldera para reducir, Fernández de Lugo mandó a un tal Juan de Palma, pariente de Tanausú ya cristianizado, para convencer a éste de que saliera por el paso de Adamancasis para hacer un pacto de caballeros. Así lo hizo Tanausú fiel a su palabra de caballero, y fué capturado en una emboscada en el lugar conocido hoy como El Riachuelo, en las proximidades de La Cumbrecita. Una vez concluido la conquista, con la incorporación de la isla de La Palma a la corona de Castilla, comienzan a llegar a ella, castellanos, mallorquines, catalanes, portugueses, italianos, flamencos etc. atraídos por las riquezas de esta tierra. Todas estas gentes y los pocos indígenas que seguramente quedaron, forman el tronco de la población palmera actual. Ya en el siglo XVI la isla adquiere una notable pujanza, los trapiches o ingenios azucareros tienen una gran actividad. También se exportaban notables cantidades de vino Malvasía, miel y otros productos. Se instalan los primeros astilleros y el puerto de Santa Cruz de La Palma desarrolla una intensa actividad comercial, con enlaces marítimos a Europa y América. Esta prosperidad de la isla atrae a famosos piratas y corsarios de la ‚poca, como el francés jambe de Bois (Pata de Palo), que en 1553 saqueó e incendió Santa Cruz de La Palma, destruyendo importantes monumentos y archivos de la ciudad. En pleno siglo XVIII el puerto de Santa Cruz es considerado el tercero del imperio, después de Amberes y Sevilla. De él son despachados buques para América y en la capital palmera se crea el primer juzgado de Indias. Mención especial merece la construcción naval favorecida por la abundancia de madera en los bosques de la isla. A poco de la conquista se instalaron los primeros astilleros, que mantuvieron una gran actividad hasta los años 40 de este siglo. De ellos salieron valerosos veleros como La Amistad, San Miguel Nivaria, Rosa del Turia, Ninfa de los Mares, La Fama, El Triunfo, La Verdad etc. De todos ellos hay que destacar a La Verdad, admirado en todos los puertos de Europa y América que visitaba. Fu‚ construido por Don Sebastián Arocena en 1873, tenía 40 metros de eslora y cargaba 700 toneladas. Se dice que en sus numerosos viajes a Cuba llevó hasta 400 pasajeros más la tripulación y llegó a hacer el viaje La Palma - Cuba en solo 18 días, lo cual era un acontecimiento de la ‚poca. En 1899 se terminó la vida de este popular velero, naufragando en las islas Bermudas. En el siglo XIX se introduce en la isla el cultivo de la cochinilla (parásito de las tuneras) para hacer tintes, que vino a significar una importante fuente de ingresos para los campesinos. También resurge de nuevo la caña de azúcar, que se había abandonado y se traen las primeras plataneras. Ya en pleno siglo XX se extiende de tal forma el cultivo del plátano que en la actualidad es la base primordial de la economía palmera, con unas exportaciones superiores a los 130 millones de kilos. Otros complementos a la economía insular son, la ganadería caprina, la pequeña industria tabaquera, el vino, el cultivo del aguacate y una joven industria turística. Hay que resaltar la labor del agricultor palmero, que con un esfuerzo sobrehumano ha puesto en regadío fértiles tierras, donde antes había solo campos de lava estériles, buscando el agua en las entrañas de la isla y transportando la tierra desde lejanos lugares. Tienen los palmeros merecida fama de ser expertos agricultores, no sólo en su tierra sino fuera de ella, donde el emigrante isleño ha dejado huellas palpables de su paso.

CLIMA. El clima es muy variable, según la zona en que uno se encuentre, teniendo en cuenta que estamos en una isla con alturas superiores a los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y dos zonas bien diferenciadas: La parte nordeste favorecida por los vientos alisios cargados de humedad y la sudoeste mucho más seca y soleada. En toda la franja costera hasta la cota de los 200 metros hay una temperatura media de 20 grados. Una vez superemos esta altura, en invierno, el termómetro desciende según vayamos subiendo, hasta llegar incluso a 0 grados en las partes altas de la isla. En verano, las temperaturas en las zonas altas alcanzan con facilidad más de 30 grados.


 PLUVIOMETRÍA. Es la isla más favorecida por las lluvias, debido a su peculiar relieve, las borrascas atlánticas le afectan con frecuencia. Por otra parte, toda la franja nororiental se ve afectada frecuentemente por los alisios, que forman el mar de nubes, produciendo con ello la llamada "lluvia horizontal" -al contacto de estas con los árboles, lluvia en forma de goteo de gran importancia para los acuíferos. En cuanto a datos pluviométricos, la franja costera del sudoeste es la menos lluviosa con 350 litros anuales por m2., en medianías sobre los 500 litros por M2. y en zonas medias altas se sobrepasan los 1.000 litros por M2 . anuales.

MANANTIALES. En La Palma están los principales manantiales de Canarias y donde existen los únicos arroyos de aguas transparentes. Los de la Caldera de Taburiente y Marcos y Corderos en los Sauces son los más importantes, así como los del barranco del Río en Santa Cruz de La Palma. Desde la conquista, -estas aguas de nacientes fueron aprovechadas como fuente de energía para los trapiches azucareros y los molinos de gofio.


 FLORA Y VEGETACIÓN. A pesar de la mano depredadora del hombre desde la conquista, la isla conserva aún importantes vestigios de vegetación. Los más importantes son los bosques de Laurisilva del norte, como El Cubo de La Galga y El Canal. Los Tilos están declarados como reserva de Biosfera y protegidos por la Unesco. También el pino Canario puebla gran parte de la isla y desde hace años está prohibida su explotación, por lo que esta especie, que vive incluso en terrenos muy pobres, se está extendiendo a tierras que le fueron usurpadas en otra ‚poca. Según el botánico palmero, Arnoldo Santos, la flora endémica de esta isla está compuesta por 70 especies, otras 104 son endemismos canarios y 33 macaronésicos. El resto hasta llegar a 774 especies son introducidas o espontáneas. Entre los endemismos palmeros destacan los Bejeques, de los que existen varias clases, Cardoncillo (Ceropegia Hians), Violeta o Pensamiento de la cumbre (Viola Palmensis), el Tajinaste, también con varias especies, tagasaste, tomillo de burro, etc. Del legendario y famoso Drago, endemismo de la Macaronesia, quedan en la Palma una notable cantidad, la más importante de Canarias. Pueden verse bellos ejemplares de este singular árbol en las Breñas, Garafía, Punta Gorda ... Pero los montículos más interesantes están en La Tosca (Barlovento) y en Buracas (Las Tricias).

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