domingo, 12 de noviembre de 2017

TOMA DE DECISIONES


Continuamente las tomamos, todo tipo de decisiones, desde las que creemos insignificantes, hasta decisiones complejas.

Todas tienen su influencia en la creación del futuro ideal.

Los bloqueos tienen mucho que ver con las decisiones equivocadas. Una persona bloqueada suele tomar decisiones no apropiadas.

De ahí la importancia de estar desbloqueado para tomar el máximo de decisiones correctas.

Un Maestro me dijo una vez que un 60 % de las decisiones que tomamos no provienen de nuestra propia decisión, sino de lo que se espera de nosotros. Un 30 % son automáticas y tan sólo un 10% son las que tomamos analizando lo que debemos decidir. Decía que nos movemos por inercias establecidas y eso hace que haya poco espacio para la creatividad, nuevas ideas y nuevas salidas a situaciones complicadas.

Atrévete a tomarlas, atrévete a creer en ti y en tus ideas y borra las respuestas automáticas que no hacen más que anclarte en una misma situación.

Analiza las decisiones diarias, se crítico contigo mismo, piensa porqué dices no de forma rutinaria ante una situación, o porque dices SI a otras. Analiza las decisiones que tomas por complacer a los demás y también las que tomas por complacer tu ego. Bajo todas esas influencias está tu verdadera personalidad.


El perdón es difícil darlo.


Qué fácil es hablar del perdón, pero que difícil es darlo.

Algunos han dicho que es un don el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados; pero ¿qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño?

Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos y para liberarnos es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir.

Cuándo sucede esto, me pregunto, ¿qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias?

Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona fue su mejor opción para él, aunque no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño.

¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera?

¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona?

Y de ahí viene la siguiente reflexión:

Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona sea mala o en verdad quiera hacerme daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco el suyo, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal.

El perdón no se pide, se da... Y la razón más importante para darlo es que me libero de una gran carga.

¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razón?

Cierto es que toda moneda tiene dos caras y que cada cual, la ve desde su perspectiva, pero a veces, la única manera de ser feliz, es que te reconozcan tu razón, aunque esta no tenga por qué quitar la contraria. Es necesaria una buena dosis de empatía para comprender los actos ajenos, a la vez que reflexionar bien los propios antes de cometerlos. La vida no es complicada, sino que la complicamos. A lo largo del camino, muchos se cruzan, pero pocos permanecen hasta el final y el libre albedrío nos da, precisamente, la libertad de elegir como recorrerlo y con quien a nuestro lado.


El tiempo y la tecnología me enseñó que detrás de un teclado hay un valiente o alguien que ni el mismísimo Harry Houdini, lo haría.


Incluso llegan más allá, como si fueran auténticos actores del mismísimo Broadway, cada noche o día interpretando el papel que no son. ¿ Que desgaste no? Aceptate es tan fácil, hacer una retrospectiva. Nadie es perfecto, que iluso y que falta de humildad, creer que estás por encima de todo. Mientras dejas en tú camino " cadáveres " mi pregunta es ¿ Vives en concordancia contigo mismo? Yo sí pero yo, no voy interpretando  ninguna obra, yo vivo mi realidad, con los pies en suelo, sólidamente. Y intento hacer las cosas lo mejor posible aunque, todo sea dicho no siempre lo consigo. 



Los que se creen sus propias mentiras y las proyectan.



El mentir es un síntoma. Las causas pueden ser muy diversas.Esas personas tiene contraído un hábito y le es difícil desengancharse de él.

No obstante tú lo pasas mal porque no puedes confiar plenamente en esas personas.

Tienes que suponer como probable que la persona no va a cambiar en este punto a menos que descubra el valor de la verdad y se de cuenta de que el valor actual que utiliza en su vida (la mentira) es perjudicial porque las demás personas no se fían de ella. Por mucho que te dijera que no lo haría más, veo pocas posibilidades de que realmente no lo haga si no es porque alguien vive los valores verdaderos delante de ella.

Sinceramente creo que te falta buena formación sobre el tema de las relaciones humanas. Creo que te vendrá muy bien que leas buenos consejos para que tu conciencia se forme rectamente y puedas tomar decisiones acertadas en la situación en que te encuentras. Antes de tomar decisiones importantes en la vida hay que formarse, saber cosas buenas para poder tomar decisiones correctas. La formación dura toda la vida. Hoy en día sabemos muchos datos o "conocimientos" que dentro de un mes ya no tienen ningún valor. La formación es otra cosa, es saber cosas buenas para aplicar criterios rectos en nuestra vida. Nadie es tan sabio que en una sola vida pueda saber ni siquiera una parte importante de lo que debería saber. Por eso necesitamos de los demás, de la sabiduría popular de los refranes de nuestros mayores, de personas que han dedicado a los demás su vida aportando criterio recto y honrado.

 Piensa en cómo puede afectar una mejora en este sentido.

Decálogo de la madurez y de la salud psíquica:

Diez requisitos que muestran que una persona es madura en lo mental, psíquico y afectivo

En la cultura occidental, una persona es madura en el plano de lo mental, psíquico y afectivo en la medida en que haya logrado un buen nivel en los siguientes pasos:

Actitud flexible, serena y tolerante ante las nuevas situaciones y circunstancias y capacidad de cambiar cuando sea lo más razonable y conveniente

Ser "uno mismo" y tener criterio firme y claro ante las personas, situaciones y cosas, pero sin tozudez y con buena disposición para admitir los propios errores.

Capacidad para pensar y obrar con absoluta independencia y aceptar la realidad por dura que sea, con presencia de ánimo y sin recurrir a lamentaciones inútiles ni a escenas melodramáticas.

Semblante y aspecto exterior ecuánime y gozoso, irradiando alegría y felicidad, sintiéndose un ser privilegiado de la vida aunque sólo sea por vivir y no perder el sentido del humor.

Aceptación de sí mismo en todos los aspectos; alto nivel de autoestima y autoamor; capacidad para perdonarse a sí mismo y perdonar. Buen amigo de sí y de los demás. Disfruta de relaciones afectuosas, emocionales y altruistas con sus semejantes.

Capacidad para disfrutar de todo en cualquier momento y lugar y de las cosas más corrientes y sencillas, pero día a día, minuto a minuto.

Gran amplitud de conciencia, generosidad, preocupación por el prójimo, por sus necesidades y carencias. Deseo de sentirse útil y permanente actitud de servicio para la sociedad en que vive.

Estar bien dotado para tolerar ciertas dosis de soledad y desamparo y bien entrenado para superar dificultades, problemas y frustraciones sin dejarse abatir por el desaliento.

Capacidad de empatía, de ver las cosas desde la óptica de la persona que tiene delante, teniendo en cuenta las circunstancias que le impulsan a obrar de esta o aquélla manera.

Finalmente, toda persona madura tiene un proyecto de vida que le autorrealiza y le proporciona verdadera felicidad y satisfacciones. Tal proyecto es diseñado teniendo como referencia una escala de valores morales, dando prioridad al respeto, la honradez, la solidaridad, la tolerancia y el objetivo de pasar por la vida haciendo el bien en lo posible.

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