domingo, 28 de diciembre de 2014

1808

 Tras la ocupación de la Península ibérica por las tropas francesas en 1808, la Junta Suprema de Canarias barajó la idea de independizarse de la corona española para convertirse en protectorado británico, integrarse en los Estados Unidos, al imperio del Brasil o a la América hispana según explica el historiador de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández, quien reproduce en el libro La junta suprema de Canarias y la emancipación americana el informe que elaboraron sus miembros cuando el poder de la monarquía borbónica española fue sustituido por el de José Bonaparte, satélite de la Francia imperial.El estudio de Hernández analiza además el protagonismo de las clases dirigentes tinerfeñas de la época, lideradas por el marqués de Villanueva del Prado, Alonso de Nava y Grimón, ya que constituyeron la Junta Suprema tras destituir de su cargo al capitán general con el objetivo de hacerse con el control político en todas las Islas. Control que sólo encontró el rechazo del Cabildo de Gran Canaria.Debates y alternativas. "Ante la evolución de los acontecimientos en la Península, estas elites decidieron plantear el futuro del archipiélago. Y tal y como explican en su informe aprovecharon la coyuntura política del momento para obtener un estatus de privilegio, ya que por aquel entonces se pensaba que Napoleón no iba a salir nunca de España", señala el historiador, que añade que este asunto se debatió en la Junta y tras barajar numerosas alternativas, entre las cuales se planteó la unión con la América hispana, la de integrarse a los Estados Unidos o la alcanzar un estatus especial si se agregaba al imperio del Brasil, finalmente se acordó el de crear una república independiente bajo protectorado británico. "Para tal fin fue fletado un barco para Gran Bretaña para negociarlo con el gobierno británico, aunque se frustró porque el navío fue hundido", añade. Estas circunstancias provocaron, explica Hernández, cierta inquietud en Canarias, lo que condujo finalmente a la disolución de la Junta Suprema y a su posterior integración en la Junta Central del Reino de España.El historiador señala que uno de los miembros de la Junta Suprema de Canarias, el marqués de El Sauzal, Gaspar de Franchy, que pasó gran parte de su vida en Francia, afirmó que esa "inquietud o miedo" tuvo su origen en la personalidad de Alonso de Nava, ya que no quiso que la Junta mantuviera a partir de entonces su operatividad.El libro La Junta Suprema de Canarias y la emancipación americana está basado fundamentalmente en documentación de uno de sus miembros, el marqués del Sauzal. Para el historiador el último gran periodo de expansión económica de Canarias ante del hundimiento de los vinos comprende el periodo 1796 a 1814, y particularmente a Tenerife, ya que era en aquel entonces el centro económico del archipiélago. Las elites tinerfeñas aprovecharon el bloqueo napoleónico y se enriquecieron gracias al comercio neutral que mantenían con los barcos de bandera norteamericana.Controlar el comercio. "Santa Cruz de Tenerife vivió una época dorada como centro de intermediación y también el Puerto de la Cruz con la exportación vinícola, ya que Inglaterra consumía grandes cantidades de vinos canarios gracias al bloqueo napoleónico". Ello explica, según Hernández, que las élites de Tenerife que controlaban todo el comercio quisieran aprovechar esa coyuntura con la desaparición del mando protector de la metrópolis para conseguir un estatuto que garantizase su libertad económica bajo el sostén de protectorado británico. El problema es que esta posición hegemónica de Tenerife fue contestada por Gran Canaria, ya que no quería someterse al vasallaje tinerfeño por lo que nunca aceptó la legalidad de la Junta Suprema, y constituyó un cabildo permanente como órgano soberano.Canarios en las Cortes de CádizEntre los canarios que participaron en las Cortes de Cádiz de 1812 destaca el gomero Antonio José Ruiz de Padrón, que siendo diputado por Canarias apostó por una constitución liberal, la creación de una universidad en las islas y la eliminación de ciertos tributos abusivos aplicados a los ciudadanos de Galicia, aunque ha pasado a la historia por su famosa alocución para abolir la Inquisición. También resalta el grancanario Pedro Gordillo, uno de los diputados liberales más radicales en Cádiz, ya que defendió un gobierno autonómico para Canarias con capital compartida, y ser el autor de un dictamen a favor de la abolición de los señoríos; y el icodense Santiago Key Muñoz, hermano del primer ministro de Hacienda de la República de Venezuela, Fernando Key Muñoz, que está considerado como el más conservador de todos los diputados canarios en las Cortes de Cádiz

martes, 16 de diciembre de 2014

Los Masones

LOS ORÍGENES DE LA MASONERÍA EN LA PALMA.
DESCRIPCIÓN DE UN PROCESO
El primero de octubre de 1823 el régimen absoluto había quedado
restablecido en España por la intervención francesa. Como afirma
Artola, la vuelta de los absolutistas al poder fíe seguida de fuertes y sistemáticas medidas de represión. La violencia represiva amenazaba
con repercutir negativamente en la opinión europea lo que preocupó
al duque de Angulema, jefe de los ejércitos de intervención, hasta el
punto de intentar frenarla sin éxito por el decreto de Andújar. Iris
M. Zavala  recoge los testimonios de los historiadores de la época,
sobre los atropellos contra liberales cometidos por el gobierno y las
partidas de realistas que rondaban los pueblos predicando el exterminio
de francmasones y comuneros. Patricio de la Escosura narra cómo una
turba de realistas asaltó a Ventura de la Vega en la Puerta del Sol por
dejarse crecer el pelo y llevar melenas, crimen reputado a la sazón como
infalible síntoma de masonismo. También Fernández de los Ríos afirma
que la creación en enero de 1824, de las superintendencias de policía
y las comisiones militares, ahuyentó de España a más de 24.000
familias. Lo cual nos da una idea bastante aproximada de la situación
del país en aquellos tiempos.
De estos años y coincidiendo con este periodo de represión son
los primeros datos oficiales sobre la Masonería en La Palma. Se trata
del proceso seguido por la Comisión Militar ejecutiva de Canarias
contra los supuestos reos de masonismo: don Domingo Román de
Linares, alcalde mayor de la Isla; don Luis Vandewalle de Guisla,
coronel y gobernador militar de la misma; don Nicolás Massieu de
Vándala, capitán retirado y don Antonio José Cabrera, teniente y
ayudante segundo. Siendo el principal implicado don Nicolás Massieu.
Este hecho fue citado por Francisco M. de León ,
«en la isla de La Palma fue donde habiendo amanecido en
una mañana ciertos instrumentos o jeroglíficos de la masonería
colgados en la casa de don Nicolás Massieu de Vándala,
procedióse contra éste, porque hubo algún indicio de que le
pertenecían; y procedióse también contra el coronel don Luis
de Wandewall que, según inteligentes aseguran, era de ideas
totalmente contrarias, así como contra el alcalde mayor
don Domingo Román y Linares, los cuales fueron trasladados
a Tenerife y juzgados y absueltos por la Comisión militar
ejecutiva que por real orden de 6 de octubre de 1824 se estableció, y que no marcó seguramente su existencia con
actos de rigor».
Recientemente, se hizo eco de ésta referencia, Juan Régulo Pérez
afírmando la personalidad masónica de dos de los detenidos, «...el
año de 1824 tuvo lugar un pleito ruidoso, en el que los masones
don Nicolás Massieu Vándala y don Luis Van de Walle fueron condenados
a penas de prisión y embargo de bienes, aunque luego les
vieron condonadas».
Parte de la documentación de esta causa fue publicada en forma
de folleto a finales de 1825. El Extracto, pretende sintetizar lo más
sustancial del famoso proceso y de él nos hemos valido para esta
primera aproximación al origen de la Masonería en La Palma. El
litigio se desarrolla entre 1824 y 1825. Según se desprende del mismo,
el 20 de Abril de 1824 el Comandante general de Canarias remitió un
anónimo al presidente de la Comisión militar, Fausto Cathalan,
«denominando en él varias personas como pertenecientes a la reprobada
sociedad secreta de Mazones en dicha Isla de La Palma», asi como
denunciando la existencia de las insignias.
La dinámica ejecutiva comienza con el nombramiento de un
primer fiscal comisionado, el teniente coronel de Infantería don Miguel
Giró, quien, en compañía de un secretario Carlos Fernández, viajó a
La Palma «para la averiguación de todo». Una vez allí, «procedió sin
consulta de la Comisión a la prisión y embargo de bienes» de los individuos
mencionados al comienzo de este trabajo. A quienes, pese a sus
protestas y tentativas ante el Comandante general y la mencionada
Comisión ejecutiva, condujo prisioneros a Santa Cruz de Tenerife.
Para comprender el giro que tomará la causa desde el punto de vista
de la actividad fiscal, es preciso considerar aquí la declaración del
«Acesor» de la Comisión. Empieza el informe mostrando su sorpresa
al observar como se «encontraba tratado como reo y embargados sus bienes el Alcalde mayor», cuyo delito principal, era la omisión «mas ó
menos culpable» a la hora de averiguar el autor o autores que colgaron
las insignias en casa de Massieu. Y cuyo juicio correspondía a la Real
Audiencia y Tribunal competente. En vista de los cual dictamina la
puesta en libertad del alcalde y el «desembargo de sus bienes».
Siguiendo con su informe, considera que «tan arbitraria con muy poca
diferencia, habia sido la prisión del Coronel Don Luis Vandewalle,
y el embargo de sus bienes». Respecto a don Nicolás Massieu, afirma
el «Acesor», un «testigo singular» vio unas insignias en casa de éste.
Pero no reconoció su semejanza con las colgadas en el balcón. Añadiendo
la existencia de «amaños» en la declaración de dicho testigo. En su
conclusión solicita la reducción de la causa al «estado de sumario»,
asi como su ampliación con el testimonio íntegro de otra seguida por
el gobernador de la Isla en diciembre de 1823, coronel don Antonio
de Guisla y Pinto, para deducir el valor de las afirmaciones de los
testigos. Subraya la necesidad de poner «testimonio de las sumarias
seguidas contra las sociedades de Comuneros», —de las qué daremos
alguna mención más adelante—, «y desórdenes de que hablaban
Don Nicolás Massieu y el Alcalde mayor en sus confesiones». Por
último, pide la recusación «in totum» al fiscal comisionado, Miguel
Giró, solicitando se ocupe otro de su continuación. Finaliza pidiendo
la libertad y desembargo de bienes para todos los implicados. Como
puede observarse, la actuación del «Acesor» semeja la de un abogado
defensor.
Reunida la Comisión en 2 de agosto de 1825. Decreta la inocencia
de todos los individuos salvo Nicolás Massieu, el cual debe guardar
«carcelería en esta Villa y arrabales con las precauciones y seguridades
que tenga a bien el Señor Presidente». Establece lo detestable de
los anónimos como pruebas legales y se acepta el nombramiento de
un nuevo fiscal . El 11 de agosto fueron puestos en libertad los
acusados que permanecían custodiados en el castillo de San Juan.
Mientras que, como dijimos antes, Massieu debería aguardar en la
ciudad hasta la solución definitiva del que ahora era su proceso.
Se nombra fiscal, conforme a lo dispuesto, al coronel palmero Don José de Guisla y Pinto. Las pesquisas de éste en La Palma se
desarrollaron del 29 de agosto al 8 de septiembre de 18 25, enviando
los resultados por el mismo secretario, Carlos Fernández, pues él
enfermó en la Isla. Un nuevo fiscal ocupa su puesto, el teniente coronel
Lucas Marín. Este procede a interrogar a Massieu, que solicita en
su apoyo «la causa —mencionada por el «Acesor»— que el gobernador
de la Isla de La Palma, coronel Don Antonio de Guisla y Pinto
habia formado al Párroco Don Manuel Díaz y demás exaltados constitucionales
y revoltosos de aquella Isla, en Diciembre de 1823»,
dado que según aquel, «los reos que en ella aparecían, eran los acusadores
y falsos impostores en esta presente». Por demás, el fiscal encuentra
que no aparece nada legalmente probado contra el acusado,
y solicita, en consecuencia, su puesta en libertad.
Los argumentos de la defensa se basan en la acusación sistemática
al grupo liberal, derrotado tras la vuelta del absolutismo, cuyo
supuesto dirigente, es una de las más interesantes figuras de la primera
mitad del siglo XIX palmero, el cura Díaz. Así pues, el texto del defensor
—capitán Atanacio Domínguez— no puede ser más explícito,
«una facción desorganizada destructora del orden y contraria
á los derechos Soberanos que tuvo su principio en el ominoso
sistema de la llamada Constitución, cundió por desgracia
en la Isla de La Palma mas que en otra parte apoyada y
dirigida por la misma persona que por su carácter y ministerio
debió de estirparla y destruirla. El Párroco Don Manuel
Díaz Carmona , célebre y memorable en los fastos de la
revolución (sic) y del desorden, logró apoderarse del gobierno
de dicha Isla, así municipal y civil como eclesiástico,
rodeado de los facciosos que entablaron una constante
persecución contra los amigos del Rey N. S. y partidarios
del Gobierno soberano y absoluto».
Estos les hicieron frente, y sobre todo Don Nicolás, a quien apedrearon
su casa rompiendo las vidrieras. Pero una vez restaurado el
monarca en el poder, y en vista de que continuaban los desórdenesañade la defensa, se hizo necesario «atajarlos» mediante procesos.
Convencidos de que no podian continuar con sus actividades, deciden
vengarse de sus enemigos realistas mediante el anónimo y la calumnia.
En este sentido, propone que se cotejen las firmas de los testigos con
la letra del anónimo; y arguye la posibilidad de que la «facción»
autora de éste se haya apoderado del fiscal Giró, dada
la nulidad de su intervención. Al mencionar la causa formada a los
«constitucionales exaltados» por el gobernador Antonio de Guisla,
cita al presbítero José M.* Carmona, primo hermano de Díaz, y a otros
liberales como Pedro Ranuj y Jacob Saceta. También a Eugenia
Carmona, quien al parecer robó en casa de Massieu, testigo singular
de quien hablábamos al principio, e igualmente de la familia Díaz-
Carmona. Afirma, en fin, la ineptitud de los testigos. Considerando
además que las insignias, traídas de la Habana por un tal Batista, piloto,
fueron puestas en el balcón de Massieu por uno de los Carmonas.
Finaliza pidiendo castigo para el fiscal Giró y la libre absolución para
su defendido.
La sentencia se dictó el 28 de octubre de 1825. Nicolás Massieu,
con el resto de los implicados, es absuelto y puesto en libertad, con
desembargo de sus bienes y «haciéndose pública su inocencia». Quedándoles
el derecho a «repetir contra quien haya lugar» por los perjuicios
sufridos. Giró, el primer fiscal, es condenado a veinte días de
arresto en un castillo, y, según una nota manuscrita al final del expediente,
por asuntos s^nejantes fue sentenciado a cuatro años más de
prisión, recibiendo sólo la mitad de la paga de teniente, pues sus ascensos
de capitán y teniente coronel los obtuvo bajo el gobierno liberal.
A la hora de resaltar la importancia de este proceso para conocer
los orígenes de la Masonería en La Palma, se hacen necesarias algunas
puntualizaciones que, en sentido general, ayuden a precisar el carácter
especial de la Orden masónica en estos tiempos y en países como
España e Hispanoamérica. Se trata de su relación con las ideas liberales
y revolucionarias. Es preciso destacar aquí las afirmaciones de autores
como Ferrer Benimeli , el cual, compartiendo la opinión del pro- constituyen suficiente prueba como para pensar en una actividad política
sólida de la Orden en estos momentos. La fama adquirida por el
proceso se debe, ante todo, al hecho de verse envueltos en él una serie
de individuos no precisamente destacados por sus ideas liberedes,
nos referimos, claro está, a los militares mencionados al comienzo; y
por las anormalidades del mismo, sustentado en principio sobre una
delación anónima.
En cuanto a las acusaciones que pesan sobre Manuel Díaz —de
quien nos ocupamos más adelante— y demás liberales, no constituyen
tampoco, ima sólida base sobre la que apoyar una actividad masónica
organizada de éstos. Resulta innegable el espíritu liberal de Díaz, pero
no se puede afírmar, como quería el defensor, su personalidad masónica.
De todas formas cabe destacar, el carácter justiciero y filantrópico
de Díaz, lo cual unido a una buena cultura que le inclinaba por las
ideas liberales moderadas y a una muy posible actividad social importante
en la Isla, fue la causa por la que se le consideró, como muestra
el expediente, el líder del grupo liberal. El error está en la base del
confusionismo existente, a partir de este momento, entre liberalismo
y Masonería.
Conviene en definitva anotar, que la Masonería palmera del
primer cuarto del siglo XIX, constituye más bien un hecho aislado; la
primera organización masónica real y suficientemente documentada
de la Isla, surgirá en los primeros años de la década de 1870, extendiéndose
hasta fines de siglo. Todo lo cual nos permite afirmar que la
Masonería palmera de la época que nos ocupa fue bastante incipiente,
siendo seccionada en sus mismas raíces.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Domingo Acosta Guión

Nacido  en Santa Cruz de la Palma el  14 de abril de 1884, hijo de José Acosta Gonzalez, Capitan de Infantería de Batallón de La Palma, y de Adelina Guión Ramos, se formó en en la escuela de Hermenegildo Rodríguez Méndez y fue, como éste, republicano de convicción y librepensador.Ostentó la presidencia de la sociedad " Juventud Republicana" y, como miembro destacado de la misma, por parte de la Junta Municipal Republicana de la ciudad de su nacimiento, se le confirió la representación insular en  el Congreso  Internacional del Libre Pensamiento, que se celebró en París durante los días 3 al  7 de septiembre de 1905. Poeta de gran fecundidad, fluidez exquisita y con una lírica de estrofa fácil, presentó su obra en periódicos de La Palma y Tenerife, y se puede considerar como uno de los precursores de las nuevas tendencias poéticas entre los vates palmeros del siglo XX. Alcanzo  su popularidad con composiciones jocosas y de critica, de la se hacían  copias numerosas que corrían  de mano en mano entre sus admiradores y eran esperadas con inusitado interés.    La mayoría de su obra fue incautada y destruida tras  el golpe de estado del 18 julio de 1936.


Domingo Acosta Guión fue de los que pudo y no quiso manteniendo una premisa sobre todas, su dignidad.

Murió soltero en Santa Cruz de la Palma el 15 de noviembre de 1959.


                                                  MADRIGAL DEL PEDO

                 El pedo no sólo es viento
                sino musicalidad
                 arrullo, trino y lamento
                 y alivio y necesidad.
               
                  El pedo es réplica, es treno,
                  repulsa, condenación,
                  habla como una oración
                  remueve como barreno.


                   De tono muy diferentes

                   hay pedos al natural
                   que por mas que huelan mal
                   suelen ser pedos decentes.

                   Cuando se ve presumir
                    de justo a un tipo nefando,
                     no es nada extraño el oír;
                     " ¡qué pedo se está escapando!"


                     Y cuando un cursi lilial
                      mira al pobre con desdén
                      un pedo le suena mal
                      y un pedo le viene bien.

                   Hay pedos sietemesinos,
                    con voz de monja melosa,
                    pedos apocados,finos,
                    y hasta de color rosa.

                    A veces cuando en un duelo

                      un prófugo se hace oír,
                      tras el disfraz del pañuelo
                      se pone el llanto a reír.

                   La nariz se ve en apuro
                    y pide auxilio a la mano
                   cuando sale por el ano
                  un cuesco oliendo a carburo.

                   Ese es "gufio" llamado
                  hipócrita y bajo al fin,
                  un pedo mal engendrado,
                  bastardo del estantín.


                   Si de él me ocupo, aunque abunda,
                   y más que venga de rey,
                   es porque no se confunda
                   con el pedo que es ley.

                   Como el regüeldo quizás
                    es un pedo mal nacido
                    que se vuelve para atrás,
                    vamos, un pedo invertido.

                    Aunque se que el de pimienta
                    tiene un olor apestante
                    que al que coja por su cuenta
                    le sabe a gas asfisxiante.


                    Mas que sea solfeado
                    y le digan: "¡ Pa su tia!"
                    hay pedos desafinados
                    y hasta sin ortografía.

                    Pero el pedo es gracia pura
                    cuando no tiene sordina,
                    armonía de la altura
                    universal y divina.

                  Si el culo no tiene susto,
                  sin hacer el menor guiño,
                  hay quien se caga de gusto
                  y en explosión de cariño.
                         
                  ¿Quién no se caga, señor,
                   si desde tiempo remoto,
                   por ser tanto valor
                   tiene el culo voz y voto?

                  Por eso al venir al culo
                  yo por permiso no espero
                  y ningún pedo estrangulo
                  y me cago los que quiero.



                   Si alguno, por consecuencia
                  lo toma con desagrado,
                  advierta que he decretado
                  el cagarme en la decencia.

                  Y advierta también, si clama
                   porque haya culos de escuela,
                   que quien se caga en la cama
                   y a veces hasta en su abuela.

                   Cáguese, pues, sin cuidado,
                   que ahogar el culo es de necio,
                   y que cuando es más sonado
                   el pedo no tiene precio.

                   Por cumplidos no lo haga
                   y cáguese en donde esté,
                    porque si usted no se caga
                    pueden cagarse en usted.

                   Y después que haya aflojado
                    dígale al pedo: "¡ Bendito!"
                    y que siempre sea loado,
                    si es que es pedo y no es pedito.






GODO
Llega un godo y otro godo a esta tierra hospitalaria vociferando de todo, hallan plácido acomodo y arrojan la solitaria. Empiezan a codearse, a echar andorga y tupé. A ver al sastre, a bañarse, a fumar puros y a hartarse de beber en el café. Quién que de estirpe preclara pregona por las esquinas, de venir de los Mañara, de Ladrones de Guevara... o ladrones de gallinas. Cual que tiene por divisa presentar el nalgatorio por donde le da la brisa, y tal que es para Tenorio más feo que un pedo en misa, persigue de un nuevo rico algún guayabo en sazón, y el pais le sale chico para ser cabrón y pico que es pasarse de cabrón. Cual otro, que de saber no duerme en adquirir fama, sin llegar a conocer que no ha pasado de ser distinguido coño mama. De godos y sarracenos nos llega cada ejemplar que el que más como el que menos tenemos los huevos llenos sin poderlo remediar. Esto lo dijo un palmero que está bien harto de godos, después, volviendo el trasero, rubricó con gran salero: ¡cuatro pedos para todos! Domingo Acosta Guión



Domingo Acosta Guión El mundo es un relajó en forma de gallinero el que sube el primero caga al de abajo pero si sube un guanajo de peso no muy ligero puede que se rompa el gajo y se vayan al carajo, los que subieron primero.




jueves, 11 de diciembre de 2014

Hundimiento del Valbanera

HISTORIA DEL VALBANERA


El Valbanera fue un barco que a principios del siglo XX hacia la ruta España- Canarias- Cuba llevando  a la isla del Caribe a los canarios que buscaban en la emigración la fortuna que las Afortunadas por el colonialismo les negaba. En 1919, el Valbanera partió del Barcelona, hizo escala en varios puertos del Mediterráneo  y finalmente en Canarias, en cuyos puertos de Gran Canaria, Tenerife y La Palma subieron a bordo más de 500 canarios. Hizo escala de destino primero en San Juan de Puerto Rico y después en Santiago de Cuba: en estos puertos quedó la mitad del pasaje, la otra mitad iba con destino la Habana, pero nunca llegaron. Un extraño temporal se tragó literalmente al Valbanera. El suceso causó honda impresión en Cuba y en Canarias y de el se hicieron de inmediato sen dos "romances", con mayor precisión en Cuba y Canarias.





Se ha hundido el Valbanera , barco de tanto valor, con jardines y teatros de luminoso color.

De Gran Canaria salió con rumbo a la Habana, con cientos de pasajeros de todas las islas hermanas.

Barco lindo y preciosos, así era el Valbanera, de seda sus camarotes y de espaciosa cubierta.

Cuando iba navegando ni siquiera se enteró  que en la Habana le esperaba un gran golpe de traición.

Cuando en  Santiago atracaba la noticia recibió, que allí se mantuviera, que un temporal amaneció.

~ Yo agradezco su atención con toda amabilidad ~  ¬ esta ha sido la respuesta que le había dado el capitán¬ .

Tengo confianza en el barco, también en sus maquinarias. antes del ciclón venir yo lo atraco en la Habana.

Todavía el capitán no estaba equivocado, porque  en varios temporales ya se había salvado.

En  Santiago atracado todavía estaba el barco, cuando una niña llorando, así decía a su madre: ¬ Vamos a quedarnos, mamita ¬ le suplicaba la nena¬ en el puerto de la Habana no hace escala el Valbanera ¬

Muchos pasajeros más lo mismo querían hacer, pues la niña adivinaba y la podían creer.

Así lo hizo su mamá,  pero algunos dijeron: ¬ Serán cosas de la niña, porque ella tiene miedo.¬

La niña quería reír pero se puso a llorar: ¬ Desembarquen, caballeros miren que se van a ahogar, yo se los vuelvo a decir, porque me da mucha pena de que vayan a morir a bordo del Valbanera¬.

Al fin el barco salió, con mal rumbo navegaba, con un fuerte temporal cerca de la Habana.

Los que en Santiago quedaron la suerte les ayudó, pero a los que han continuado la desgracia les tocó.

Muy cerca de aquel puerto se encontraba el Valbanera, aguantando el temporal de muy mala manera.

 El oficial telegrafista, por orden del capitán pedía auxilio amargamente sin poder comunicar.

Al repetir su llamada era por segunda vez de que el barco  más cercano les viniera a socorrer.

Ordenado el capitán la salvación como era, el daba la consigna al oficial de primera: Primero las señoritas, segundo los caballeros, tercero los niños chicos y cuarto los marineros.


El de la telegrafía ni un momento descansaba y el barco no resistía porque el mar lo arrollaba.

Un americano entró  y no le pudo socorrer, batallaba el Valbanera y no se pudo defender.

Esperando, esperando pero ningún barco venia y con amargo dolor las mujeres decían:

 ¬ Capitán le suplicamos con clamores y dulzura, digan vengan a salvar a estas pobres criaturas.

 No  nos importa morir porque una muerte se debe, por  lo menos que refugien a estos niños inocentes.¬

Auxilio volvió a pedir con rasgos de compasión, de llantos y de armonía que partía el corazón.

Lo más lastimoso es lo que les voy a decir, que Jorge Tercero estaba y no lo dejaron salir.

Cuando el Jorge no salió es que todo esfuerzo es nulo, para que se  hundieran los dos que se perdiera sólo uno.

Comunicando el Valbanera que muy poco se entendió, en la Habana se guardaba un silencio con fervor.

En su última llamada cuando socorro pidió, en la isla de Cuba la gente se conmovió.

¡ Que destino compañeros! Y al decirlo da compasión: se ha perdido el Valbanera por un horrible ciclón.

Que triste ha sido, señores al saberlo la isla entera, el destino tan fatal que ha tenido el Valbanera.

Muchos cientos de personasen aquel puerto esperaban a sus seres más queridos, pero estos no llegaban.
 




miércoles, 10 de diciembre de 2014

El Fuego de Garafía

Señores, pongan oído, mucha atención y cuidado,  Todo el que quiera saber algo de lo que ha pasado.

En mil novecientos dos, para ser más acordado, del doce al catorce de agosto, el día más desgraciado, que ha sucedido en La Palma, el caso más temerario.

En el pueblo de Garafía y también en otros lados, pero en Garafía fue por completo desgraciado.

Remató de medio pueblo un fuego temerario, repartiendo a todas parte que todo dejo quemado.

Llegó por ciertos parajes a las piedras del cayado, castigo que mandó Dios que lo teníamos ganado, que de Dios nadie se acuerda sino cuando está apurado.

Dios dispuso en  agosto  a dejarnos conquistados, que buenos padecieron por las culpas de los malos, que como dice el adagio que pronto os declaro: las ovejas de San Pedro por una pagaron.

Dicen que no lo mandó Dios pero he calculado que si Dios no lo mandó debía haberlo atajado.

De San Antonio del Monte que se vio tan afectado, que se quemó la ermita, las paredes le quedaron.

San Antonio se quemó y San Roque y San Bernardo, pero el que estaba en el cielo pocos fueron sus milagros.

Tanto como le prometen lo que se ven apurados, prometiéndole gran fiesta como nunca han gozado.

Hay muchos que le prometen con un corazón humano:  " Padre mío San Antonio óyeme cómo te llamo, si mi casa no se quema ni mi cosecha  de grano me voy de mi casa a la tuya de rodillas desmayado y mi mujer y mis niños con una luz en la mano, que será como una lengua, pero la cumplo en un año ".

No lo acaba de decir, ya el fuego está apoderado, porque cuando Dios no quiere no hay santo que ponga mano.


Los hombres que más  podían todos está apurados, dándose unos a otros con guatacas y ramos acometiendo contra el fuego y no poder atajarlo.

Y viendo que no podían vencerlo por ningún lado todos dicen a una voz como buenos garafianos:  " A morir, que no hay remedio, y a huir que nos quemamos, porque la vida es amable y que poco la estimamos.

Nacemos para morir, Dios nos reciba en sus manos, los pecados que hemos hecho, Dios nos haya perdonado"

Unos se van de su casa...

Algunos tienen a su padres  de muchos años baldados y como los atraviesan a ver si pueden salvarlos en las tierras que querían para papas de verano, dejándolos por encima poco menos que enterrados.

Para la cumbre se fueron tocando aprisa el ganado, con los niños en el brazo y otros de la mano, de mano se lo figuran pero iban arrastrados.

Los niños pequeños lloran al ver ver los padres llorando: ninguno se maraville que lloren los desgraciados, que de sus casas salieron que ni las puertas cerraron, sin sacar siquiera de ellas ni el pajero más liviano.

Para la cumbre se fueron tocando aprisa el ganado, de la misma cumbre  vieron todo de fuego bañado y el humo que parecía como cuando está embrumado y el gran ruido del fuego que parece estruendo grado.

Se fueron pa' Puntagorda, Tijarafe y otros lados, unos a pedir limosna y otros en busca de amo, si quiera por la comida y gracias que la ganamos que aquellos que no lo cuentan se vieron más apurados.

Los que iban pa' Puntagorda, en el pinar se ajuntaron, como trescientas personas con lágrimas a puñados.

Allí se cuenta las penas, todos juntos rebujados; las pena que allí se cuentan no las escribe un escribano.

Algunos se hacen temerosos y otros se encuentran privados dicen ~ No me voy de aquí, me han de llevar amarrado, donde mis intereses se queman quiero que se queme su amo~

Ese tal tiene dos hijos, los que todos se marcharon, dejando los padres solos en un ataque tan bravo, sin saber sus padres de ellos ni ellos de sus ancianos, y por milagro de Dios su casita la escaparon; él escapó donde vivir, hoy se encuentra millonado.

martes, 2 de diciembre de 2014

Amazing

El Magreb, como contexto cultural Amazigh fundamental, Forma parte de la fachada sur del Mediterráneo, esto es, forma parte de la Historia de Occidente. Hoy en día contamos con excelentes trabajos que ofrecen estudios perspicaces y esclarecedores sobre esta región como Bernabé López (1989); Paul Balta (1990); Bernabé López y otros (1993); Antoni Segura (1994); de modo que no nos detendremos a hacer análisis profundos y haremos hincapié en el sesgo amazigh.
Para Hichem Djïait (1994), importante historiador tunecino, Cartago constituye el momento de máximo esplendor magrebí y por tanto amazigh, y personajes como Anibal, San Agustín o Ibn Jahldún serían personajes magrebíes y/o amazigh, dándose el caso de que, excepto el último, los demás pertenecen a la Historia de Occidente. Específicamente San Agustín y Donato forman parte de la civilización occidental, vinculados al latín y al cristianismo, pero ellos pertenecían paralelamente a la "intelligentsia amazigh" de la época. Paradójicamente, y tampoco es casualidad, Magreb alude y nombra al occidente islámico, tal como señalamos antes. Precisamente Ibn Jaldun, uno de los grandes amazigh (bereberes) que han pasado a la historia, fue uno de los primeros en definir los rasgos étnicos distintivos de los amazigh y definió a su gente señalando que ellos se rasuran la cabeza, comen cuscús y visten con el albornoz. Actualmente se habla de otros elementos, acaso más significativos, como el tifinagh y el arado amazigh (bereber).
Estas peculiaridades culturales amazigh no sólo son las que le dan identidad a esta etnia, constatando su propio hecho diferencial, sino que además, su pervivencia son las que documentan la lucha de este pueblo sin estado, y la sorprendente resistencia como minoría étnica en Túnez o Argelia, o como mayoría étnica sometida por una minoría, tal en Marruecos. La mayoría de estas comunidades amazigh ocupan regiones montañosas inhóspitas y pobres. Las montañas del Atlas central, el Sous, el Rif, la Kabilia, el Aurés han servido de refugio por su inaccesibilidad y duras condiciones climáticas. Estas regiones son de difícil acceso y se caracterizan por estar mal comunicadas, soliendo estar formadas por casas de adobe y piedra que se mimetizan e integran en el paisaje. De hecho, muchas de estas tierras jamás fueron pisadas por el ejercito colonial francés tras más de un siglo de ocupación.
Otras coordenadas que se deben tener en cuentan son las referidas al vigente marco sociopolítico derivado de la actual coyuntura, que afecta la dinámica del funcionamiento estatal. Esto es, son fundamentales hechos tales como las relaciones económicas con la CEE o el cierre de las fronteras europeas al tradicional flujo de inmigrantes magrebíes, sobre todo las de Francia. Ello repercute en situaciones difíciles de analizar como las derivadas de las tensiones entre lo rural y lo urbano, con diferencias del tipo rural amazigh o rural arabófono (que incide en lo religioso), o las tensiones derivadas de los cambios en las costumbres. Pues todo ello tiene su traducción inmediata en el norte de Africa en general, que desde la independencia ha conocido un perturbador proceso de urbanización, industrialización e implantación del sector servicios, que ha llegado a derribar los cimientos de los tradicionales patrones culturales y rasgar el tejido social. El resultado es la actual dicotomía: occidentalizarse o islamizarse, como estrategia para afrontar la crisis del estado y las secuelas de un cambio social demasiado acelerado. Evidentemente la tercera vía, la vía amazigh, es la más débil y por eso muchos amazigh han optado por occidentalizarse (también por arabizarse y/o islamizarse realmente).
En las montañas del Atlas medio marroquí se hallan diseminados los "aduar" o "adwar" (aldea) amazigh, muchas veces situadas a más de 2.000 metros de altura, lejos de las grandes ciudades. En esos "adwar" viven tribus como los Ait Haddidu o los Ait Hamama; tribus que no sólo resistieron encarnizadamente la invasión francesa, sino que también han demostrado ser impermeables tanto a la penetración árabe o musulmana precolonial, como al mismo protectorado francés y ahora al estado marroquí. Manteniendo durante todo este tiempo, como tantas comunidades amazigh, su reputación de rebeldes y pastores.
Toda tribu amazigh suele tener al frente a un Amgar o jefe (el equivalente tuareg sería el amenokal), que es la cabeza de una asamblea de notables, de los tribunales que juzgan con el derecho consuetudinario de la localidad (el "iseft" es un derecho antiquísimo), lo que en ciertos casos se ha codificado en el denominado "dair bereber" . La comunidad rural o tribu siempre es la que elige (por elección libre) una asamblea de notables que se mantiene mientras lo hace bien; respecto a esto se observan diferencias regionales. La asamblea de cada "adwar" regula cosas como las tierras y la temporada de pastoreo o las alianzas. El fenómeno de la tribu o confederación de tribus hay que entenderla en el contexto de la ayuda común. Esto explica que entre los amazigh los valores de solidaridad tradicionales y el trueque aun en medio de la economía de mercado, siempre hayan estado muy cuidados. Así la "Tiwisi" es un trabajo común en beneficio comunitario o de alguien necesitado, pues la solidaridad colectiva amazigh vela por la dignidad del individuo: desde construir o reparar una casa hasta recoger leña. Valores como la lealtad, el respeto a la palabra dada a los compromisos o a los códigos morales, el coraje, la generosidad, la hospitalidad, etcétera son valores y/o comportamientos que están muy arraigados (Ben Salem, 1991). Otro ejemplo viene dado por un valor como la "assabiá" , el orgullo y la dignidad de ser amazigh.
La comida amazigh más conocida en el mundo es el cous-cous. Pero en las islas Canarias pervive otra comida amazigh, el gofio, un producto típico y básico en la dieta tradicional canaria, el cual refleja una forma de preparar el grano típica de las culturas asentadas en la sabana africana, que también es conocida por los tuareg y su mijo tostado. A diferencia del mundo Mediterráneo (o de las culturas centroamericanas con el maíz), Para elaborar el gofio, el grano se tuesta antes de molerlo; en cambio en otras culturas el grano se muele, se amasa la harina y se tuesta u hornea (como en la elaboración de pan y pitas). Con lo cual el gofio canario sería otra prueba del origen africano de los guanches y una de las manifestaciones culinarias amazigh que se remontan a varios miles de años, cuando los denominados "protobereberes" circulaban por todo el Sahara, que por entonces era una extensa sabana africana.
Existen otros elementos culturales como los típicos albornoz y/o chilabas y las babuchas, que son prendas amazigh que no tienen los árabes y/o musulmanes del Oriente Medio. La chilaba de lana, tan necesaria para soportar las bajas temperaturas de la montaña, es una especie de túnica cerrada con una gran capucha (como un traje de monje, que posiblemente estén inspirados en esta prenda amazigh). No olvidemos que, como pastores, la mayoría de comunidades amazigh dependen del pastoreo por zonas altas para criar sus rebaños de ovejas y cabras, y de la lana, la leche y la carne que obtienen.
También son pastores los tuareg que durante siglos dominaron las rutas caravaneras que atravesaban el Atlas y se adentraban en el Sahara, y aquí habría que recordar que los Almorávides, originariamente, estaban vinculados a los pueblos del desierto, a los tuaregs. Los cuales se caracterizan por sus ropajes de color azul índigo y prendas como el litham o el tagulmust con el que se envuelven y cubren el rostro. Ellos son, sin duda alguna, el grupo étnico Amazigh más fotografiado, filmado y conocido.
El turístico destino de la fiesta de las bodas, también conocida como "Mussen de Imilchil" o "Agdud de Ait Amer" , que se celebra en el Atlas marroquí, supone una muestra de la "libertad" de la que goza la mujer amazigh, de la relevancia de su rol social en el seno de la comunidad o en las relaciones interpersonales. Donde, y sea dicho de paso, los matrimonios son monógamos pero existe la separación. Donde la mujer transmite la sabiduría popular, la literatura oral y la artesanía lo que la convierte en pilar de la tradición y la cultura. Kosayla y Kahina son dos "reinas" amazigh que han pasado a la historia por haber encabezado la lucha contra la invasión árabe.
La mujer amazigh suele ser la depositaria de las técnicas artesanas fundamentales de la vida cotidiana, como la cerámica, la cestería o el tejido de esteras de hojas de palma que hacen de lecho. Pero la mujer amazigh tiene otras especificidades culturales, ya que no llevan velo y muchas de ellas todavía mantienen viva la costumbre milenaria de llevar tatuajes en el rostro, las manos o los pies, los cuales tienen su código simbólico referido al status social, a protección de amuleto, etc.
El fenómeno del relevante protagonismo de la mujer amazigh choca con un fenómeno actual, cuyo reflejo es disímil en el Magreb, pero sintomático. Ocurre que la tradicional autoridad paterna, como cohesionadora de la familia, va a entrar en declive ante el envite occidentalizador, comenzándose a disolver el grupo de parentesco (por el éxodo urbano, por ejemplo), que era el tradicional articulador de la sociedad. Recuérdese que el Islam es una religión de hombres, en la que el padre es el pilar básico. Luego al resentirse el sistema de parentesco lo hace el sistema de autoridad. Sin olvidar hechos paralelos como la "liberación" y mayor protagonismo de la mujer, no ya amazigh, sino de cultura árabe y musulmana. Todos estos factores, algunos tan estratégicos, acarrean situaciones como la descomposición de la estructura sociocultural tradicional, olvido de valores referenciales islámicos y, a su vez, la yuxtaposición de valores referenciales de origen occidental: como la mencionada emancipación de la mujer, algo impensable en una sociedad islámica de corte tradicionalista (Arabia Saudí, Qatar, Irán, etc.), además de otros hábitos relativamente inéditos: individualismo, ateísmo, consumismo, adopción de formas políticas occidentales como el sindicalismo, etc.
En cuanto a la cultura amazigh, otro significativo aspecto cultural viene dado por el contexto social de los bailes, las canciones y la música amazigh, que son diferentes de la de tradición árabe; su funcionalidad está desligada de lo religioso y vinculada al placer y la diversión. La poesía amazigh está musicada, llegando a ser cantada y bailada (formando un círculo y acompañada de toque de palmas). La poesía oral amazigh es riquísima y refleja muy bien el ethos de este grupo étnico. Algunos de los instrumentos musicales son diferentes a los de tradición árabe: el imrad tuareg, panderos, tambores, etc. En el sur de Marruecos (Agadir) se edita música amazigh en cassettes, lo cual habla de moderna industria mass mediática amazigh.
También en Argelia es importante la música, al ser ese país donde la canción amazigh moderna ha sido internacionalizada básicamente por los kabiles en su forma de música Rai. En ese sentido, esta música popular denominada Rai ha conocido la persecución tanto del estado y la censura como del fundamentalismo islámico y sus sicarios. El 29 de septiembre de 1994 fue asesinado el cantante Cheb Hasni, con dos tiros en la nuca, en Orán; en esta misma ciudad asesinaron a Rachid Ahmed Baba, otro cantante importante de Rai. Lila Amara, nacida en la Kabilia, fue asesinada junto con su marido en Argel, y tras tirotearla la degollaron. Bechiri Buyema, también conocido como Cheb Aziz, otro de los grandes cantantes de Rai, fue asesinado en septiembre de 1996.
La reivindicación del "hecho diferencial" de la cultura amazigh (berebere) es un fenómeno reciente y ésta habría comenzado abiertamente en Argelia en el año 1976 y culminado en los incidentes de Tizi-Ouzou en 1980 (Balta, 1984). En el país vecino la oposición a la monarquía cherifiana en Marruecos la han encabezado en las últimas décadas hombres de origen amazigh, como el golpe de Estado de 1971 encabezado por el general Mohammed Ufkir, o antes, en la colaboración con los franceses del "príncipe" amazigh de la región de Marrakesh Si hadj Thami El Mezouari Glaoui, que llevó al exilio a Mohammed V. Por acciones como estas, muchos amazigh fueron acusados de colaboracionismo con los franceses y su administración colonial.
Pero el rasgo amazigh más significativo y diferenciador, Desde un punto de vista sociocultural, es su lengua. Una lengua, ésta la amazigh, cuyo origen no está claro. Tradicionalmente ha sido vinculada al brazo lingüístico de lo camito-semítico. Si hacemos caso a la presencia de manifestaciones (epigráficas, las más de las veces) de su escritura (el líbico, el tifinagh), el área histórica amazigh supera los 5.000.000 de kilómetros cuadrados, desde Sicilia o la Península Ibérica hasta el río Níger. Pues existen inscripciones en el Strómboli, en la península del Sinaí o en las islas del Hierro y Lanzarote, por sólo citar los casos más distanciados. Por otro lado, la lengua posee unas especificidades fonéticas características, en base a tener tres vocales y 26 fonemas consonánticos. Esto no quiere decir, claro está, que los distintos dialectos o hablas no puedan poseer diferencias en el plano fonético y léxico.
La precitada dispersión y las consecuentes especificidades dialectales impide, para algunos autores, la intercomunicación; otros, en cambio, dicen que no supone un gran impedimento a la hora de hablar. Lionel Galand (1988) dice que hay muchas lenguas, sin embargo Basset (1952) dice que hay una lengua básica. De hecho, son muchos los que albergan la hipótesis de la posibilidad de llevar a cabo una gramática unificada. Pero, por esto mismo, hablar de una lengua Amazigh única depende de los criterios lingüísticos que se utilicen. Pues ni existe una lengua Amazigh clásica, ni tampoco se sabe con certeza cual es el dialecto más arcaico o menos contaminado por influencia de otras lenguas con las que ha estado en contacto la lengua amazigh. En ese sentido el dialecto tarifit del Rif es el más contaminado por el árabe, además de que los otros dialectos amazigh indican que ha existido y existe un proceso de divergencia. Pero no es menos cierto que en Marruecos también el árabe dialectal local tiene diferentes hablas, como mínimo unas 3: la de las ciudades Imperiales, la de origen andalucí y la beduina. Actualmente, debido a la política imperialista y colonial marroquí, para las instituciones oficiales el hassanía de los saharauis sería el cuarto dialecto árabe del Reino Alauita. La lengua hassanía de la República Arabe Saharaui Democrática es una mezcla de árabe dialectal, básicamente beduino, y aportes de lenguas amazigh procedentes de diferentes regiones y épocas.
Hay que observar que históricamente en el caso de la(s) lengua(s) amazigh, al ser ésta(s) fundamentalmente oral y ser usada para las relaciones vernáculas, no fue escrita de manera sistemática, como cualquier lengua dominante y vehicular de las que existieron a lo largo de la historia de la región, como pudieron serlo el púnico, el latín, el árabe o el francés, las cuales, al contar con escritura propia, pudieron crear una poderosa "logosfera" (la acumulación de un importante capital cultural en soporte escrito). No obstante, existen en los archivos coloniales galos de Aix-en-Provence manuscritos del siglo XVI escritos en amazigh. Incluso se baraja la hipótesis, verosímil, de que los almohades (procedentes del Atlas marroquí y que invadieron la península ibérica) llegaron a traducir el Corán al amazigh; esto, aun siendo una herejía, nos parece muy verosímil, ya que el amazigh era la lengua en la que rezaban, se comunicaban cotidianamente y hacían sus discursos.
Actualmente tenemos que existen magrebíes amazíghfonos y arabófonos. Y estos últimos, marcadamente arabistas, son los que miran hacia el oriente arabomusulmán para construir su identidad (algo que es totalmente legítimo), pues la lengua árabe, especialmente la clásica, es una lengua de religión y civilización. Pero otros reivindican su identidad no árabe (que también es legítimo) y están rescatando el alfabeto tifinagh para acentuar la identidad étnica amazigh. Puesto que, volvemos a repetirlo, la cultura amazigh es una realidad marginal y subalterna en Marruecos y Argelia, esto es, que debe luchar contra corriente. Ahondando en ESTA línea, existen diferencias en el seno del movimiento amazigh, algo que, para algunos, se evidenció en 1995 durante la celebración en Francia del Congreso Amazigh Mundial.
No obstante, en estos últimos años el movimiento cultural amazigh ha sido capaz de movilizar en Marruecos a cantantes, intelectuales y/o escritores. Para Marruecos existen estimaciones que hablan de un 60% de amazigh parlantes; organizaciones veladoras de los Derechos Humanos norteamericanas manejan unas estadísticas que hablan del 65-70% de amazíghfonos en Marruecos. En la actualidad hay diarios y revistas, aproximadamente una docena, escritas bien con las tifinagh, bien en caracteres latinos y árabes, pero en este caso redactadas en lengua amazigh.
Frente a todo este panorama, pues, puede hablarse de berberofobia estatal en todo el norte de Africa, ya que desde Marruecos hasta Libia, los distintos estado no reconocen decididamente ni la cultura ni la lengua amazigh. Así, por ejemplo, en Argelia el Partido Agrupación por la Cultura y la Democracia (de adscripción amazigh) no acepta la arabización bajo ningún concepto; y, sabido es, las plegarias del Corán han de rezarse en árabe: no se pueden traducir. Lo cual nos remite a la persecución del mal creyente por parte de los islamistas.
Por otro lado está la disímil consideración del amazigh, bárbaro en cualquier caso, ya se trate del rifeño que procede "del país de los asesinos y del hambre" o el habitante del Sous que tienen fama de emprendedor comerciante. Otro ejemplo viene dado por la realidad de las escuelas donde lo amazigh es tachado por parte del poder "pan-árabe" de bárbaro, propio de salvajes, algo primitivo en el sentido despectivo. De hecho, hasta 1956 el árabe dialectal y el amazigh se hablaron indistintamente en las escuelas, pero en ese año se abolió la enseñanza del amazigh por presión del Istiqlal, el todopoderoso partido marroquí. Otro ejemplo, quizá más crudo y triste, viene dado por lo señalado por algunos autores que recuerdan el fuerte shock que sufren los niños de las montañas cuando llegan a la escuela y el maestro les habla en árabe. El lector puede encontrar algunos ecos de esta realidad en la sugerente mirada que Mohamed Chukri (1992) vierte en la novela "El pan desnudo" .
Curiosamente, en el parlamento marroquí se puede hablar en francés, además de en árabe, y es que tanto la universidad como la investigación científica marroquí se hace en francés. Aunque a ello hay que añadirle una paradoja más, que la política lingüística en Marruecos es centralista, o sea, arabista. Como puede verse, la complejidad del problema es tal, que aclarar el panorama lingüístico amazigh es dificilísimo. Por fenómenos como el anterior, la palabra "shelja" o "chelja" es utilizada por muchos marroquíes amazigh para denominar a su propia lengua (las lenguas amazigh), con independencia de la variante que sea. Esto es un indicador más del desconcierto que acarrea todo lo amazigh.
Actualmente, aceptando un "mestizaje" cultural y biológico (genético) para las zonas fronterizas, aún subsiste el originario sustrato sociocultural denominado camítico. Respecto al idioma, las diferencias lingüísticas entre amazigh son apreciables, proponiéndose por lo general diferentes grupos dialectales o idiomáticos (recuérdese que la diferencia entre dialecto e idioma es política): el tamazigh, tashilhit, tarifit o rifeño (en Marruecos), el Tacawit o Chaouia del Aurés argelino, el Taqbaylit o Kabilio, el Tamzabit del Mzab, el Teggargrent de Ouargla, el Tazenatit de Tuat, e incluso las variantes habladas en el oasis de Siwa (NW de Egipto) denominado Tasiwit, el Tanefusit en Ghadamés (sobre el vértice sur de Túnez) o el Tawjilit en el oasis de Awjila (NE de Libia), el Trarza y el Taznagt zenaga del sur de Mauritania, que se encuentra muy arabizado. Mención a parte merece el Tamahaq y el Tamachek de los tuareg (del norte y del sur respectivamente), dado que posee el tifinag como escritura propia y una rica literatura oral (cuyas principales depositarias son las mujeres), y que son lenguas a las que se les ha prestado una especial atención con recopilaciones de CUENTOS y poesía oral, léxicos, gramática. Finalmente habría que nombrar el guanche (que tenía diferencias contrastadas entre islas), por eso en el dialecto castellano de Canarias perviven bastantes palabras amazigh (guanches) y no digamos ya en la toponimia insular: Gomera, Tenerife, Canaria, Adeje, Tacoronte, Tegueste, Agulo, etc. (Cubillo, 1985).
Esta diversidad en el panorama de las lenguas, cuyo sustrato básico - camítico - sería el libio antiguo, ha sido utilizada como el indicador más adecuado para realizar una tipología de los diferentes grupos amazigh. Y en tal sentido se ha propuesto que estamos ante una única lengua fragmentada en dialectos.
Independientemente de esta problemática tenemos la pugna lingüística entre árabes y amazigh, o de "contaminación" recíproca en aquellos lindes donde se encuentran y coexisten ambas lenguas (en ese sentido no me atrevo a hablar, por falta de información, de un fenómeno parecido al portoñol o al spanglish). Es evidente que el contexto del idioma está determinado por un sentimiento de autoconciencia de unidad lingüística por parte de los arabófonos, quienes expresan la cultura oficial o dominante (la escrita) y suelen ser conocedores de la lengua francesa (Gellner & Micaud, 1973). Mientras que los amazighfonos se caracterizan básicamente por estar marginados en las montañas, relativamente lejos de la ciudad moderna (quizá Agadir o la misma Tizi Uzu sean una excepción notoria, junto a alguna otra). Eso significa estar integrados en la enseñanza estatal, en la literatura impresa o en los mass media de mayor difusión.
Mención aparte merecen los aborígenes de las Islas Canarias como genuina cultura amazigh. Para entender este caso especial, hay que partir de la tesis, ampliamente aceptada, de que todo etnos o grupo étnico es la suma de los aportes genéticos y culturales de anteriores etnias, lo cual significa que las sociedades están en continua recomposición, sumergidas en un proceso continuo de etnogénesis. A veces lenta e imperceptiblemente, otras veces de forma rápida y por eso también algo imperceptiblemente. Para el norte de Africa hay que decir, en lo tocante a los amazigh, que existe esa etnogénesis y persiste un poderoso sustrato cultural milenario (Camps, 1980; Servier, 1985; Cervelló, 1995). Pero, eso sí, hay que entender este sustrato cultural DESDE un punto de vista estructural o ahistórico y bajo ningún concepto, esto es, jamás, en sentido histórico.
Desde esta tesitura, a los aborígenes canarios y/o guanches hay que adscribirlos al ámbito de las culturas "amazigh" (berebere) norteafricanas. Y, en virtud de su ubicación geográfica, hay que considerarlos como "bereberes insulares" (G. Alonso, 1993); o más correctamente "amazigh insulares". Sus formas socioculturales, desde una perspectiva morfológica, eran de naturaleza neolítica a la llegada de mallorquines, genoveses, portugueses y castellanos, explicándose estas arcaicas formas socioculturales únicamente por un proceso de involución desencadenado tras desembarcar en las islas y quedar aislados. Sin embargo, hay que decir que desde el punto de vista de su "cultura inercial" (por utilizar la distinción de Alberto Cardín, 1988: 231 y ss.), las culturas aborígenes canarias son innegablemente amazigh, aunque, desde el punto de vista de la "cultura positiva" (Cardín, ibidem), son un caso singular y un extraordinario producto de la precitada involución y readaptación (G. Alonso, 1996).
Dicho con otras palabras, la cultura inercial de los aborígenes de las Islas Canarias sólo se explica por una etnogénesis continental-africana, indisociable de la cultura de ciertos grupos étnicos amazigh que existían hace aproximadamente 2.000 años; posteriormente, su cultura positiva, de corte neolítica, se explica por el aislamiento insular y una adaptación al medioambiente de incomunicación con el continente africano y, por tanto, del resto de los grupos étnicos amazigh. Lo cual las hace un ejemplo histórico de cultura amazigh o (norte)africana extraordinaria, marginal y cuasi inclasificable (G. Alonso, 1996).
Además, aceptando una serie de elementos comunes que se dan entre las diferentes islas, existieron significativas especificidades socioculturales que pueden ilustrarse por los diferentes dialectos e idiolectos aborígenes, cuya especificidad fue recogida por los primeros cronistas, o por elementos de la cultura material, como la mayor o menor presencia de epigrafía y grabados rupestres, patrones decorativos de las cerámicas compartidos entre islas, "edificaciones" ajenas a las cuevas, "momificaciones" funerarias, industria lítica u otras evidencias arqueológicas.
Las dificultades de explicación para esta problemática vienen dadas por el desconocimiento de las circunstancias de la arribada de los primeros pobladores. Hoy por hoy no sabemos ni cómo, ni cuándo, ni por qué aquellos amazigh desembarcaron en las islas Canarias. Las evidencias y conclusiones arqueológicas del tipo de la cerámica, la epigrafía en tifinagh, o del tipo antropológico-físicas como tipologías craneales o el grupo sanguíneo, o del tipo lingüístico-toponímicas son irrebatibles: estamos ante una cultura amazigh (bereberes) (González Antón y Tejera Gaspar, 1987 y 1990; Rafael Muñoz, 1994). Algo que, por lo demás, ya adelantaron argumentadamente en el siglo pasado los franceses Sabine Berthelot (1980) y René Vernau (1891).
Sin embargo, lo paradójico del problema reside en una cuestión difícil de resolver: si las dataciones con C-14 disponibles hoy por hoy no van más allá del siglo I antes de Cristo (BP), las tipologías de ciertos patrones cerámicos tienen una antigüedad, en el norte de Africa y en especial el Magreb, en torno al II milenio antes de Cristo (bp), como mínimo. Y también estaría la cuestión, señalada por la antropología física, que constata dos TIPOS humanos en las Canarias prehispánicas: cromañoide (Mechta) y mediterranoide; Gabriel Camp (1994) también constata estos dos tipos humanos para el actual Magreb.
Así pues, tanto a los aborígenes canarios como a los distintos grupos étnicos amazigh del norte de Africa y Sahara hay que entenderlos, desde el punto de vista cultural, como un producto de "frontera" que comparten, en determinados elementos, un idéntico sustrato cultural. Y su antigüedad histórica y su complejidad étnica no pueden ser entendidas sin tener en cuenta, obligatoriamente, la confluencia e interrelación conocida por los contactos interétnicos habidos entre grupos del mundo mediterráneo (Península Ibérica, Próximo Oriente, Sicilia, Malta, etc.) con otros grupos del mundo del Africa subsahariana, más que el meramente sahariano; unos grupos, estos, que el lector puede conocer en F. Iniesta (1989 y 1992). En concreto, las tradicionales culturas africanas que se desarrollaron durante milenios en el espacio geográfico "sudanés" , cuyo eje iría desde el lago Chad hasta las tierras bañadas por las aguas más septentrionales de los ríos Senegal y Níger. Una doble y disímil influencia ésta, norte-sur, que es la que ha estado mediatizando, siempre de forma distinta según la época y las circunstancias, los distintos procesos de etnogénesis fraguados históricamente en torno al latente núcleo clásico de la cultura Amazigh. Sin olvidar que los rasgos y/o componentes fundamentales para describir este clasicismo cultural hay que irlos a buscar, obligatoriamente, tan pronto a las Islas Canarias como a Timbuctú o Gao, o al Hoggar, el Tassili, el Air, la Kabilia, el Rif, Bilma, Egipto o tantos otros lugares de Africa.
Por eso, la actual lucha canaria tiene sus referentes más cercanos en Senegal o entre los bachama de Nigeria, algunas cerámicas de Gran Canaria recuerdan las de la Kabilia argelina, el dios achamón de los guanches se vincula al amón egipcio, el tifinagh de la isla del Hierro tiene su parangón vivo y moderno en el Hoggar y otros lugares del Sahara, la cueva pintada de Galdar en Gran Canaria tiene parecidos motivos decorativos que algunos fondos ante los que habla el líder libio Gadaffi (triangulares en rojo y negro), Bilma es un topónimo del Níger y de Tenerife, o, para acabar, la isla de la Gomera, el peñón español frente a la costa marroquí de nombre Vélez de la Gomera y la tribu rifeña de los Gomara (de las estribaciones del Rif) están extrañamente hermanados. En todos los casos mencionados, obviamente, se está aludiendo a elementos culturales de filiación amazigh suficientemente contrastados.
Y esta introducción no podría acabar sin antes recordar que España, como realidad sociocultural, también ha sido construida por los amazigh. No sólo la España musulmana ha sido amazigh, ya desde el año 711, pues Tarik debe ser uno de los amazigh más famosos de nuestra historia, así como en lo colectivo lo fueron los almohades o los almorávides. Algo más lejos, los aborígenes de las islas Canarias también lo fueron; como amazigh son también muchas palabras del castellano, como jinete o guanche, o muchos de los marroquíes que trabajan en la actualidad legalmente en España, o muchos de los que cruzan el estrecho de Gibraltar en patera. Y, evidentemente, muchos de los españoles que residen en Melilla son amazigh, lo cual nos remite a una realidad, no por minoritaria menos importante: el tarifit del Rif, una de las lenguas amazigh más hablada, tiene derecho a ser co-oficial en Melilla, con el mismo estatus que puedan tener el catalán, el gallego o el euzkera. Acaso por cosas como las precitadas, Don Miguel de Unamuno dijo que España era un país berebe

jueves, 13 de noviembre de 2014

José de Arce y Rojas

El padre Jose de Arce y Rojas Nació en Santa Cruz de La Palma el 8 de noviembre de 1651 en el seno de una familia acomodada. Su padre D. José de Arce y Escobar, natural de la isla Terceira del archipiélago de Azores se estableció en La Palma en 1640 y contrajo matrimonio el 17 de mayo de 1644 con Dña. María de Rojas y Lima del que nacieron 3 hijos: Juan, José y Luis de Arce y Rojas. Los tres hermanos se educaron en el convento de Santo Domingo de la capital palmera. En 1668 José de Arce llega al colegio de San Hermenegildo (Sevilla) para estudiar Derecho, carrera que abandonó al año siguiente por sentir una fuerte vocación religiosa e ingresa, el 30 de julio de 1669, en el colegio de San Ambrosio, noviciado de Villagarcía de Campos (Valladolid). Tenía 18 años, blanco de piel, alto, de pelo castaño y un lunar en el carrillo derecho. Su carácter vivo y fácil elocuencia le confiere una gran reputación como educador y orador en los primeros destinos en Sevilla, Valencia, Valladolid y Salamanca. Había terminado los estudios de Filosofía y Artes. Sus enormes deseos de pasar a las misiones de las Indias los rentabilizó al aprovechar la llegada a España del Procurador General de la provincia del paraguay, el P. Cristóbal Altamirano s.j. Pudo entrar en la expedición de 33 religiosos concedida el 20 de octubre de 1672, aunque no salió hasta el 15 de diciembre de 1673 con dirección a Buenos Aires (Argentina). Inicia aquí la etapa americana que durará 41 años de dedicación a la conversión de los indios chiriguanos y chiquitos. Llegó a Buenos Aires el 15 de marzo. Se desplazó a la ciudad argentina de Córdoba donde estudió y terminó de especializarse en Teología. Enfermó gravemente de tisis hasta casi fallecer. El 7 de noviembre de 1677 es ordenado sacerdote, un día antes de cumplir los 26 años. Sus últimos votos los profesó en San Ignacio Guasu (Paraguay), el 15 de agosto de 1686, día de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Asunción, capital de Paraguay. El siguiente trienio lo encontramos enseñando Filosofía y Humanidades en Tarija (Bolivia). Sus dotes para la labor misionera las puede llevar a la práctica en octubre de 1689 cuando sale de Córdoba. Estudió y dominó las lenguas de chiquitos, quichuo, guaraní, chiriguaná y payaguá. En compañía de 5 jesuitas más, marchan a Tarija para fundar allí un colegio e iniciar su sueño dorado, la conversión de los chiriguanos. En estos momentos el P. Arce inicia los contactos políticos con el Cabildo y sociales con los caciques de distintos grupos de indígenas que querían abrazar la nueva religión y demandaban la presencia de los padres jesuitas para que defendiesen sus tierras y cuidaran de ellos como sus parientes guaraníes. Estos indios desean abrir el camino por Pilcomayo para el Paraguay porque sabían de la abundancia de vacas, remedio de tantas hambrunas que padecían por las plagas de langosta. El 26 de septiembre de 1690 logra pacificar un grave conflicto de guerra entre dos caciques en Pilcomayo. El 21 de noviembre funda una reducción en el río Guapay, la de «Presentación de Nuestra Señora». El 31 de julio de 1691 funda la reducción de «San Ignacio» en el valle de Tarequena. Su labor debía continuar hasta el lago Xarajes, poniéndose en marcha el 9 de diciembre con su acompañante y dos mozos que le servirían de guía hasta las primeras rancherías de las Piñocas, para penetrar en la tierra de los chiquitos. A finales de mes llegó a un lugar en el que encontró los indios contagiados de viruela y decidió quedarse con ellos. El día de final de año levantó una cruz delante de la cual rezó el P. Arce la letanía lauretana con los indios arrodillados. El 14 de enero de 1692 tenía ya acabada la iglesia que llamó de» San Francisco Javier de las Piñocas»; en honor de su santo devoto, por el cual llegó incluso a firmar como José Francisco de Arce y Rojas. Esta es la tercera fundación de una reducción por el P. Arce. La cuarta fue la de» San Rafael». Fue nombrado Padre Superior de las reducciones chiriguanas. A mediados de febrero llega la noticia de que los paulistas (portugueses de Sao Paulo) habían pasado en enero el río Paraguay para destruir Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). El P. Arce pidió ayuda al Gobernador que le mandó un grupo de 130 soldados a los que se unieron 500 indios flecheros, al tiempo que el P. Arce dispusiera que la reducción de San Francisco Javier se trasladase a un sitio más cómodo y abierto, más seguro y fuerte, sobre el río aperé o San Miguel. La victoria es para los españoles y chiquitos, siendo el P. Arce agasajado en todas las reducciones por él fundadas a su paso. En 1693 indios enemigos destruyen el pueblo de Presentación de Nuestra Señora. Las constantes amenazas de paulistas y cruceños por hacer esclavos fácilmente en las reducciones hace que el P. Arce traslade las misiones hacia lugares más seguros. En 1701 realiza un memorial sobre la» yerba mate» que envía al General de la Compañía, siendo el impulsor de este cultivo como manera de acabar con el alcoholismo entre los indios y como fuente de ingresos para las reducciones. Pero en su mente siempre estaba el encontrar la ruta que uniera las 30 reducciones guaraníes con las 10 de Chiquitos por el río Paraguay, ya que la otra ruta desde Asunción por Tucumán y Santa Cruz era larga y costosa. Con esta idea llega a Asunción en 1703 y monta una expedición con salida el 26 de junio. Frustrado por no hallar el camino regresa el 7 de enero de 1704, momento en el que se aprueba su proyecto sobre la» yerba mate». Son unos 3.000 los indios que están reducidos. Numerosos y frustrados fueron los intentos por abrir la ruta. Sabemos que en 1706 el P. Arce era cura del pueblo de San Miguel. Existe un vacío cronológico de la vida del P. Arce hasta 1713 en el que nuevamente lo encontramos de cura en San Miguel. De seguro seguía con las misiones en Chiquitos, pues en estos años hubo una Prohibición Real de las expediciones. A finales de enero de 1715 se inicia la definitiva expedición encabezada por el P. Arce y el P. Bartolomé Blende en busca de Chiquitos por el río Paraguay. A lo largo de la ruta tuvieron varios contratiempos con los payaguás y los guaycurús, llegando en barcas hasta la laguna de Mayore. A mediados de agosto inicia el camino por tierra con 12 indios, dejando al P. Blende y un grupo de guaraníes. Por fin, después de un accidentado y penoso viaje cumple su viejo sueño al llegar a la misión de San Rafael de los Chiquitos. De regreso, en Pataguá (Bolivia), encuentra al P. Blende y los indios muertos y cae en la mortal emboscada que le tendieron los payaguás. Sus últimas palabras, antes de perder la vida, fueron: «Hijos míos, muy amados, ¿por qué hacéis esto?». Era diciembre de 1715 cuando ocurrió el martirio del P. Arce, de 65 años de edad, después de 41 años en misiones y 45 de vida religiosa en la Compañía de Jesús. Su recuerdo quedó grabado en la lista de mármol de los mártires del Paraguay que se encuentra en la capilla de los Mártires en el Colegio Cristo Rey (Asunción), en el que es considerado como «venerable».

lunes, 10 de noviembre de 2014

Lucha Canaria

Según los escritos de los conquistadores españoles, los aborígenes canarios practicaban un juego, basado en la Lucha del cuerpo a cuerpo, que terminó denominándose Lucha Canaria.La Lucha Canaria es un deporte habilidoso y sumamente técnico, enfrentándose luchadores de diferente corpulencia y peso, siendo característico que deportistas de menor peso puedan "tumbar" a un contrario superior en envergadura. Eso se debe fundamentalmente a las técnicas empleadas en este deporte, muchas de ellas sumamente espectaculares, como son las pardeleras, burras, caderas, agachadillas, toque por dentro, etc. El Reglamento de la Lucha Canaria se caracteriza principalmente por unas normas en las que se procura evitar la violencia y daño entre los contendientes, resaltando por contra, el respeto, la consideración, la deportividad y la nobleza.

Este deporte se practica en un espacio circular, compuesto generalmente de arena, aunque también suele utilizar el tatami.

Los contrincantes se enfrentan generalmente en tres luchas "bregas", resultando vencedor el que vence en dos ocasiones a su contrario. También puede derrotarlo en una brega, si se separan(empate) en las otros dos luchas.

La Lucha Canaria se practica en la actualidad en casi todas las islas.En la mayoría de los municipios de esta región, existen equipos de Lucha Canaria, así como Escuelas de Lucha Canaria.

La historia de la lucha Canaria es muy reducida, solo gracias a los historiadores de la conquista,que dejaron claro que se practicaba una Lucha en las islas,hemos podido saber mas.

Podemos recoger como dato de la historia del S.XV, de la mano de Álvaro García de Santa María (1420) que nos cuenta " porque el dicho señor Rey, envío a él, con su hermano Diego Fernández, a dos canarios que eran cristianos, el uno gran luchador; Maguer que era de cuarenta años no había en la corte quien luchase con él" Después de este relato solo nos queda descubrir de donde viene esa lucha con o sin agarre, con una gran diversidad de técnicas y que da por finalizado el combate cuando uno de los dos toca el suelo con una parte del cuerpo que no sea la planta de los pies.Una teoría dice que la lucha Canaria nació de los enfrentamientos entre las diferentes islas. También se dice que podría venir del norte de África, de los primeros pobladores y la teoría sería que ellos al igual que nuestros antepasados cuando emigraron a América, llevaron consigo su bagaje cultural. Este juego se celebraba por diversos motivos y siempre en actos importantes para los aborígenes de estas tierras, lo que viene a determinar la enorme importancia de su celebración.Desde sus orígenes, la Lucha Canaria por medio de sus practicantes mantuvo una serie de rasgos innatos en el carácter y la idiosincrasia de la cultura ancestral del pueblo: nobleza, sencillez, destreza, agilidad, admiración al vencedor y respeto al vencido.Se sabe que en las principales fiestas se practicaba la lucha. Los enfrentamientos se celebraban entre bandos, no había equipos propiamente dichos (aunque actualmente se realizan por equipos de doce personas). El Volcán Arriba compuesto por los pueblos de Haría, Teguise y demás pueblos de la zona que se enfrentaban contra el Volcán Abajo compuesto por los pueblos de Tinajo, Yaiza y demás pueblos de los alrededores.Las luchadas no tenían un número determinado de luchadores se enfrentaban a lucha corrida es decir que el luchador que ganase tendría que enfrentarse con otro luchador que quisiera luchar contra él y así hasta que no saliese ningún contrincante.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Puertos Francos

Preámbulo-exposición del Real Decreto de Puertos Francos (1852): (...)Grande debería ser la concurrencia de naves de todas las naciones en los puertos de Canarias, como punto el más avanzado y el primero y último descanso para las expediciones que desde Europa se dirigen, ya al Nuevo Mundo, buscando los vientos constantes que soplan hacia el Occidente, ya á la frontera de la costa de Africa, ya á los mares del Asia y de la Oceanía. Y esta escala debería hacerse en el día mas forzosa á medida que se multiplican las líneas de navegación por medio del vapor, por cuanto á las necesidades de la aguada y á del refresco se agrega la de la provisión del combustible que ha venido á suplir el oficio de las velas. A pesar de todo, Señora, aquella concurrencia es más escasa que naturalmente debiera. De los buques que cruzan por aquellas aguas, apenas hay quien deje allí resultados mercantiles de su tránsito: los mas saludan de lejos el pico de Teide, como si Dios hubiera levantado aquella maravilla para la estéril admiración de los hombres. Entretanto el país va precipitándose en una decadencia visible, los cultivos se abandonan, la especulación desaparece, la miseria cunde, el azote del cólera morbo vino el año pasado á agravar los males, y va tomando ya alarmantes proporciones la emigración, que es el síntoma supremo de la próxima muerte de los pueblos. Por fortuna, Señora, el mal no depende de causas incontrastables: el remedio no se halla fuera del alcance de la legislación. V.M. está en el Trono; y solícita por el alivio de los súbditos que la Providencia puso bajo su imperio, dejará satisfechas las esperanzas de unos habitantes pacíficos, morigerados, leales, que en todos los trances por donde ha pasado la nación, han dado insignes testimonios de su patriotismo (...)

Declárense puerto franco las Islas Canarias, y todos estos inconvenientes desaparecerán. Sueltas las trabas que embarazan ahora la acción mercantil, se formará allí naturalmente un gran centro de contratación, acudirán los capitales, se crearán establecimientos, se fomentará el trabajo; y aquellas islas, ahora olvidadas, serán el enlace y el punto de comunicación de apartados continentes. Sea cual fuere el sistema económico que prefiera la opinión de cada uno, nadie podrá negar que las condiciones mercantiles de las Islas Canarias son esencialmente distintas de las que concurren en la Península. Las industrias que allí existen, verdaderamente indígenas por su misma especialidad, no pueden resentirse de la concurrencia. El contrabando no debe temerse: la distancia de nuestras costas, la navegación, tan laboriosa por lo común á la venida como es fácil a la vuelta, la presencia de las Autoridades y dependientes del Gobierno, son otros tantos obstáculos para este tráfico, y mas si lo comparamos con el que tan activamente nos hostiliza desde puntos estrangeros mas inmediatos. Bajo estos dos conceptos, pues, el Ministro que suscribe ha creido que nada puede oponerse á que, según se propone en el proyecto, se declaren puertos francos los de Santa Cruz de Tenerife, Orotava, Ciudad-Real de Las Palmas, Santa Cruz de La Palma, Arrecife de Lanzarote, Puerto de Cabras y San Sebastián, por los cuales únicamente pueda hacerse el comercio con los de la Península, con el correspondiente registro que evite todo abuso. Aunque por este hecho, y para los efectos generales del comercio, los puertos francos de Canarias deben considerarse como estrangeros, deben exceptuarse de esta regla los artículos que, siendo conocidamente de las Islas, se designan en el proyecto, los cuales gozarán del beneficio del cabotaje. En ellos están comprendidos varios cereales, granos y semillas, lo cual no se hubiera atrevido el Ministro á proponer á V.M. si en otro artículo no se hubiera excluido de la franquicia general la importación de granos en las Islas Canarias, donde ha de continuar siguiendo el actual Arancel. A esto ha obligado la consideración que por su importancia merece la clase agrícola, la cual sin esta restricción hubiera sufrido un golpe mortal (...) La declaración de franquicia de los puertos de Canarias se halla enlazada, con miras mas lejanas que progresivamente se irán desenvolviendo. El cultivo del tabaco, el establecimiento de la inmensa pesquería que puede hacerse en la costa de Africa, las relaciones de comercio con las islas de Fernando Poo y Annobón, son eslabones de una magnífica cadena, cuyo primer anillo se halla en manos de V.M., que tanto se desvela por la felicidad de sus pueblos. Fundado en estas consideraciones, el que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la honra de someter á la aprobación de V.M. el adjunto proyecto de decreto. San Ildefonso once de Julio de mil ochocientos cincuenta y dos.=- Señora.= A L.R.P. de V.M.= Juan Bravo Murillo. Gaceta de Madrid, núm 6.595

Comercio canario-americano

Los Puertos Francos. Por José Miguel Pérez García: Las franquicias, es decir, la reducción de trabas fiscales y económicas para el comercio de exportación e importación, han constituido uno de los temas constantes y eternos en la historia económica de las islas. Desde los primeros años, tras la Conquista, la Corona de Castilla vio la necesidad de ofrecer incentivos para que se fijara población en el Archipiélago, y la conveniencia de dotar a Canarias de algunas ventajas con respecto al régimen fiscal y económico peninsular. Así, se arbitraron algunas medidas: la reducción de los impuestos, que, en las islas, fueron menores en un 80% a los estipulados en la Península; la reducción de los aranceles para el comercio; y el permitir que, durante muchas fases, los puertos canarios quedaran habilitados para el comercio con América, que se desarrollaba en régimen de monopolio. Estas ventajas incentivaron el poblamiento y generaron una economía isleña muy vinculada al trasiego de la expansión atlántica que se desarrolló en los siglos de la Edad Moderna. Al mismo tiempo, ese sistema de franquicias favoreció la vinculación de las islas a la Corona pues se proporcionaron medios para la defensa y el gobierno del Archipiélago, y además se propició una potente actividad exportadora de determinados productos agrarios (azúcar, vino, etc.). En las primeras décadas del siglo XIX, se impuso en España una política económica proteccionista (plasmada en los Aranceles de 1821) que buscaba amortiguar los efectos que, para España, tuvo la pérdida de las colonias americanas. Antes de esas pérdidas, gran parte de las manufacturas que España importaba se pagaban con los metales preciosos procedentes de sus posesiones en América; tras la independencia de éstas, se produjo la consiguiente disminución de aquel medio tradicional de pago. Para evitar que aumentara en exceso el déficit comercial, y también para estimular que las manufacturas nacionales suplieran a las extranjeras, se estableció un arancel protector a la importación que se extendió asimismo a determinados productos agrarios de gran consumo, como los cereales. Estas medidas tendrían graves repercusiones en Canarias, pues supuso la disminución de la importación sin que pudiese crearse industria local alguna, y también que las manufacturas hubieran de traerse de la Península, que eran mucho más caras que las importadas del extranjero. Durante la fase de crisis económica transcurrida entre 1820 y 1850, los principales representantes de la burguesía isleña reclamaron como solución única la existencia de un sistema de libertades comerciales para el Archipiélago. A pesar de que tal demanda tropezaba con la política de centralización que por aquellas etapas marcaba el cambio hacia el Estado liberal, a mediados del siglo el Gobierno terminó aceptando que se aplicaran normas de excepción para el régimen fiscal canario. De este modo, reinando Isabel II, el gobierno presidido por Bravo Murillo decretó el régimen de Puertos Francos para Canarias, el 11 de julio de 1852. Con el apoyo de algunos de los ministros de aquel Gobierno (entre otros de Bertrán de Lis) se establecieron reducciones aduaneras y se permitió el acceso de las islas a los mercados exteriores. En 1870, las Cortes Constituyentes del Sexenio Democrático (1868-1874) dieron carácter de Ley a aquel Real Decreto de 1852. Y, en 1900, otra norma legal amplió las ventajas fiscales. En 1972 se publicó la Ley de Régimen-Económico Fiscal para Canarias y, posteriormente, con la transición a la democracia, las especialidades económicas canarias se recogieron en los principales textos (Constitución, Estatuto de Autonomía) que han configurado el régimen político y administrativo del Archipiélago.(José Miguel Pérez García)

José Murphy y Meade (1774-1836): Don José Murphy nace en Santa Cruz de Tenerife el 25 de febrero de 1774. Era descendiente de comerciantes irlandeses afincados en Canarias. Su padre D. Patricio Murphy y Kelly había nacido en Dublín en 1735 y su madre Doña Juana Meade y Sall en 1747, en Las Palmas de Gran Canaria. Contraen matrimonio el 24 de enero de 1773. Tuvieron tres hijos: nuestro personaje, Patricio e Isabel. En principio, desde joven, José Murphy se dedica, como su padre, al comercio, aunque pronto se revela su vocación política. Se casa el 3 de enero de 1799 con su prima hermana Doña Juana Anran y Meade, también de ascendencia irlandesa y canaria. Entre 1801 y 1802 fallecen sus padres. Por esas fechas Don José pertenece al Real Consulado Marítimo y Terrestre de las Islas Canarias y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le ha elegido como diputado. El mismo año de 1801, de la muerte de su padre. Fallece su joven esposa a los 27 años de edad. En 1806 Murphy y Meade es elegido síndico personero del Ayuntamiento de Santa Cruz, y al año siguiente segundo Cónsul del Real Consulado de Irlanda. Mas a consecuencia de la invasión napoleónica y el exilio de los Reyes, con la consiguiente falta de Gobierno se constituye, en 1808, la Junta Suprema de La Laguna, en la que es elegido Murphy como vocal, y en calidad de tal asiste a las reuniones de la Central celebradas en Sevilla y Cádiz. El mismo año 1808 es elegido diputado para la Junta Central junto con el marqués de Villanueva del Prado. En 1812, terminada la Guerra de la Independencia, establece una Compañía comercial con su hermano Patricio. Poco después, instalada la Diputación Provincial de Canarias en Tenerife, José Murphy figura entre los diputados electos, y luego es nombrado Secretario provisional. En 1816 hace viaje a Europa; pasa dos meses en París y dos años y medio en Londres, con motivo de su empresa comercial. En 1818 es elegido, de nuevo, síndico personero del Ayuntamiento de Santa Cruz, y en 1820 se le elige como vocal de la Junta de Sanidad. El año 1821, tan importante para la historia de Tenerife, escribe Don José Murphy un folleto titulado Breves reflexiones sobre los nuevos aranceles de Aduanas; el 6 de junio contrae segundas nupcias con Doña María del Carmen Greagh y Amat. Marcha a Madrid con su esposa y se presenta al Rey, el 30 de septiembre suscribe su famosa Representación sobre Capitalidad, que presenta a las Cortes, consiguiéndola el 22 de octubre para Santa Cruz de Tenerife. En 1822, una vez iniciado el bienio liberal, José Murphy y Gracialiano Afonso son nombrados diputados a Cortes por Canarias, y el primero de marzo figura Murphy en la Comisión que ha de recibir a la Reina en la apertura de dichas Cortes. Tiene diversas e importantes intervenciones en la cámara sobre la "división de partidos", "la libertad de comercio" etc. Ese mismo año se le nombra representante de la Diputación de Canarias, para entregar al Rey el Decreto ley sobre "Prohibición de conventos", pero por no estar presente es sustituido. En 1823 escribe e imprimen Madrid sus Observaciones sobre la supresión del obispado de Tenerife que se somete a la Comisión eclesiástica. En la histórica sesión de las Cortes celebrada en Sevilla ese mismo año, Murphy suscribe el acuerdo sobre la incapacidad del Rey y la creación de una Regencia.

Años de exilio: Después, cuando se produce la reacción absolutista Don José tiene que huir a Gibraltar, de allí pasa de incógnito a Canarias, y sale del Puerto de la Cruz de la Orotava con rumbo a Londres. Se le condena a muerte en la Sala del Crimen de Sevilla el 11 de mayo de 1826. Entre 1830 y 1836 tenemos los últimos documentos relacionados con la vida de don José Murphy como son la escritura de venta de sus bienes, el decreto sobre las empresas comerciales, etc... hasta que se produce la amnistía total de los exdiputados a Cortes exiliados que se habían opuesto al absolutismo de Fernando VII. Un duro golpe para Don José fue la muerte de su hermano Patricio el 8 de mayo de 1836, pero se desconoce la fecha del fallecimiento de nuestro biografiado, que o debió sobrevivir mucho a su hermano. Don José dejó descendencia de su primera mujer, que fueron Don Patricio Murphy y Anran y Doña Isabel que murió poco después de nacer. (de Laguna)

José Murphy y la representación sobre los aranceles de aduanas (1821): Prescindamos, pues, para ver si estamos en este último caso de todos los eventuales a que se ha aludido propios para entorpecer las comunicaciones de estas islas con la península: imaginemos que todo ha de ser propicio en quanto a cosechas, y que estaremos libres de aquellos mil incidentes adversos e imprevistos, de los que rara vez dexa alguno de atravesarse, a contrariar los más bien formados planes; y supongamos aún que ha cesado la guerra actual que subsiste con los disidentes de la América y que tantos daños ha causado: que se pudiera ir y venir de España con la facilidad y prontitud que se va desde Ceuta, o aunque digamos de las islas Baleares; y que en fin, desde la península pudieran surtirse estas islas de todos los géneros de absoluta necesidad y de los renglones de subsistencia que indispensablemente han de menester: supóngase todo esto, y, sin embargo, es bien cierto, que no se evitaría la ruina del comercio de los vinos, y que por lo mismo se atravesaría en mucho el de la barrilla: porque, ni uno ni otro renglón que en España abundan, podrían servir para pagar lo que de allí se trajera ¿con qué, pues, satisfarían estas islas por lo que sacaran de España? Con dinero no podría ser, porque como este signo no entra por lo general en un país sino como representante de los frutos o manufacturas sobrantes de él, que se han estraído; y los que de aquí se sacan no podrían venderse sin gravísimo quebranto, si hubiera de hacerse la venta de modo a que refluyera aquí o en la península su producto en numerario, y no en mercancías, resulta que ni tendríamos éstas, ni tendríamos dinero, ni sobrantes en frutos, por que a tener los últimos sólo estimula la certeza de que sirvan para proporcionar las cosas de que se carece: y no pudiendo servir los vinos sobrantes para venderse por dinero en los países a donde principalmente se llevan, yen donde ahora se espenden, porque se toman por ellos unos efectos que está prohivido recivir; es claro, que no se hará más vino que el indispensable al limitado consumo a que lo reducirá el nuevo estado de cosas, y no se sabrá con que cubrir lo que venga de España, que ha de ser por lo mismo muy poco o nada el consumo de un país así empobrecido vendrá en verdad a ser insignificante, y puestas en la balanza de una parte las ventajas que el estado sacaría de este pequeño aumento de gasto de géneros nacionales, y de la otra la destrucción total de uno o dos ramos preciosos de industria que también son muy nacionales, y de que depende a subsistencia y bien estar de más de doscientas mil almas, parece demasiado obvio de qué lado estaría la mayor pérdida, para exigir una disertación muy difusa a fin de manifestarlo.

Anticipa el Consulado la respuesta que se dará por algunos a estas objeciones, y es, que siendo los hombres naturalmente amigos del ocio, y prefiriéndolo al trabajo, es preciso para hacerlos industriosos que sientan los estímulos de la necesidad, o de algún otro grande interés personal; esto es una verdad; pero no aplicable al caso presente. En estas islas hay industria: ella es la que produce los dos citados ramos de comercio mediante éstos, se compran a los estrangeros las cosas que se necesitan, y que no podrían obtenerse en España por el mismo camino. El tráfico, pues, de estas islas con la mayor parte de los países extrangeros, es un cambio de industria. Las islas Canarias permutan la suya con los únicos países con que es posible verificarlo. Restringido su comercio a la península sola, seria menester abandonar la industria actual, y sostituirle otra capaz de producir los equivalentes a los productos que se traxeran de allí, o establecer aquí mismo talleres que satisfacieran a las necesidades de estos habitantes. Guimerá Peraza, M. 1974, p. 266-267.

Valoración histórica de Alejandro Cioranescu (1986): Sin entrar en los detalles de la ley y de sus vicisitudes históricas, se puede resumir su filosofía en tres ideas fundamentales: exención impositiva para las mercancías importadas del extranjero; arancel de excepciones a esta regla, con establecimiento de unos arbitrios de puerto franco, en ningún caso superiores al tributo que pagarían los mismos géneros a su entrada en la Península; supresión, en las Islas, del régimen español de monopolios. La ley había sido concebida como instrumento de desarrollo para Canarias, y positivamente lo fue. No enriqueció las Islas, porque sólo atendía a los intereses del puerto y del comercio; pero el puerto es, en último análisis, la única puerta por donde podía entrar la riqueza a las islas. Hizo, cuando menos, otra cosa que quizá era más importante y que justificaba sificientemente las medidas de excepción: aseguró el abastecimiento de una zona aislada que consume más de lo que produce y abarató la vida incluso para los menos pudientes. Sin embargo, el régimen especial canario también arrastra un saldo negativo. Dos puntos negros merecen una atención particular. Por una parte, la ley de Puertos Francos surtió sus efectos por medio de la actividad portuaria: lo cual significa que estos efectos, por cierto que benéficos, se presentan a modo de círculos concéntricos, con una mayor densidad de las fuentes de trabajo y de riqueza en las zonas más cercanas al puerto y con un vigor que se cansa y va decreciendo a medida que se aleja del centro. El centro resulta forzosamente favorecido. De ahí el doble resultado de un desarrollo muy desigual, función en gran parte de la distancia del centro, y de un recrudecimiento de la rivalidad entre las dos capitales, conocida con el nombre de pleito insular, que pugna entre dos emporios, rivales por imperativos geográficos y destinados a no entenderse mientras los polos de desarrollo comercial sigan siendo dos. En otros términos, la supresión del monopolio centralista ha conducido rápidamente a un monopolio regionalista, de hecho cuando no de derecho, y, por tratarse de intereses económicos, bastante más dispuesto a luchar de lo que estaba el monopolio madrileño. En segundo lugar, la ley de 1852 había nacido contrahecha. Su intención era de establecer franquicias, lo que significa exención, y su objeto fue establecer arbitrios. Algo se ganaba, naturalmente, porque lo que se quitaba a la franquicia estaba destinado a las necesidades regionales y porque, de todos modos, era suficiente. El puerto conseguía una libertad condicional y las condiciones empeoraron progresivamente. Por necesidad o por instinto, no se había alcanzado la libertad, sino que se había vuelto a la peculiaridad de siempre de la fiscalidad canaria, que saca provecho del comercio de importación y exportación, porque el renglón es con mucho el más rentable y el más fácil de fiscalizar. El mismo concepto de puerto franco, de dudosa pureza en la ley, se ha vaciado de contenido: en 1911 Pizarroso observa que en Canarias viene a ser un régimen aduanero disfrazado y hace poco que Leopoldo de la Rosa repetía que se parece mucho a una verdadera aduana. El desarrollo de las franquicias no podía ser más resbaladizo ni más contradictorio. Los aranceles de géneros sometidos al arbitrio insular han seguido el camino de todos los aranceles de aduana, que suelen crecer y multiplicarse.