80 años de un golpe de estado que desemboca en una guerra civil.
No me gustaría dejar a nadie en este humilde homenaje, hombres y mujeres valientes, de frente sin perder la cara, reclamando sencillamente lo suyo.
Nombres como el de José Suárez Cabral, "desaparecido" Eduardo Suárez Morales Gran Canaria, José Miguel Pérez fusilados, los 27 del juicio de la CNT, entre ellos Modesto Carballo Sosa, culpable de enfrentarse a los caciques palmeros por el agua de la Caldera, los cercanos al ala de Guillermo Ascanio Moreno, los fusilados del Valle de San Lorenzo, el alcalde de Los Llanos de Aridane,
Francisco Rodríguez Betancor, la azucena roja Isabel Gónzalez y tantos otros hasta hacer una mella en la sociedad canaria de 6000 muertos y más de 20000 represaliados.
Aquellos que hoy se disfrazan de nacionalistos, son hijos y nietos de aquellos señores feudales, caciques que se pusieron, hombro con hombro apoyando el golpe de estado. Algunos celebrando el intento de golpe de estado del 23 F, saliendo a disparar al aire, celebrándolo y hoy en las filas de los nacionalistos. Pa mear y no echar, gota.
Porque esta gente tenia nada más que un anhelo, en crear escuelas, repartir conocimiento, impartir justicia, no que unos pocos tuvieran mucho, mientras unos muchos no tenían nada.
Nombres como Juan Bautista Hernández maestro en Mazo, Alonso Pérez Díaz y tantos como Domingo Acosta Guión, Antonio Guardia Espinosa, repartiendo cultura.
Hoy después de ese golpe de estado desde hace 80 años con una constitución, moldeada a sus intereses, para que los obreros y los oprimidos, no vuelvan a la sublevación, pero a cada cochino, le llega su San Martín, el fin de esta historia y la hora de hacer justicia llega a su fin.
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