La lealtad, ese concepto en desuso, tan poco valorado que muchas veces lleva a la gente, a cometer errores, de cálculo a veces irreparables.
Sin justificación alguna, en esas cabezas pasan ideas, sombras tenebrosas, que solo ellos y sus fantasmas y sus fantasías lúgubres emiten diferentes juicios, que al final en algunos casos, los llevan a cometer errores de bulto, sin percatarse de que son irreparables.
Y es que las personas aguantan tienen un fondo, pero todos los fondos no son iguales, hay con más capacidad y hay con mucho menos capacidad.
Pero hay tres cosas que jamás pueden volver atrás la flecha lanzada, la oportunidad perdida y la palabra dicha.
Gracias a la vida en cada momento, se separar las situaciones y disposiciones diferentes que la vida te pone, si un problema tengo con A no lo descargaré con B pues B es otra historia y otra serie de conjeturas.
Pero la verdad, la gente que me enerva, saca de mis casillas son los que descargan suponen que, juzgan que. Siembran en mi un sentimiento que no tengo, desconfianza y tener que estar alerta, no va conmigo. Por eso ante una circunstancia de esta guisa prefiero cerrar puertas de mi pasillo vital. Y a veces pienso ¡ que largo se me está haciendo esté pasillo !
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