martes, 23 de mayo de 2017

Pendiente.

Es la espera, es lo que siento, es oír que te escuchen, es querer verte feliz.
Sabes, es el momento que anhelo, espero, quiero y no veo el tiempo de que, suene el teléfono.
Dime, cuéntamelo, que yo te escucho, con atención sin pestañear, poniendo la máxima atención, ser necesario realmente a quien me necesita, sin pretensiones, sin maldad sin un quid pro quo, diciéndome que me amas, que a pesar de todo soy muy importante para ti, escribo estas letras llorando, pues mi alma es triste, está castigada, dañada casi insensible. Pero es ese momento donde oigo tu voz, donde me derrito. Eres mi talón de Aquiles, quise apoyarme en otros talones, pero eran de cristal, no quería esos talones, que a la mínima dificultad, aunque me engañaron, con palabras de garantías, salieron corriendo.






Estoy, estaré y aunque no lo creas estuve, como sombras chinescas entre bambalinas. Pero sin perder un detalle. Flaqueo en momentos puntuales, psicológica mente hablando.
Pero prometí y prometo estar al lado de ustedes, siempre aún después de pasar a otro estado. No es trascendencia, lo que habló, es convicción lo que escribo.
Hay cosas incondicionales, no tienen valor, cuando les das valor a una cosa de estas, es un simple comercio.
Y esa correspondencia, que mantenemos en secreto, (siiisss no se lo digas, a nadie) nos hace ser, cómplices para no hacer más daños colaterales, pues es innecesario que, se tomen represalias, contra nadie, pues estas hurtadillas, este paso de bailarinas, nos hace bien a los dos, pues tú eres una de mi parte y yo soy parte de ti. Aunque siempre que te escribo, mis ojos se rayan de lágrimas, nadie sabrá nunca lo que sufro, nadie tampoco le interesa, sólo nos interesa a ti y a mí.
Entregaría mi alma al diablo, si pudiera disfrutar de un simple paseo, por cualquier paraje, cualquier escenario a tu lado. Que me contarás tus inquietudes, yo te contará mi sufrimiento, pues la vida te espera y yo voy entrando en el ocaso. Siempre te quise, si te quiero y por la eternidad te querré y estaré muy orgulloso de ti. 





Valoró tu valiosa, comprensión, tu máxima complicidad, demostrar que hay tantas cosas que no tienen valor, pero que son, tan importantes como fundamentales. Sólo te pido una cosa, llevarme si puedes en tu corazón. Te quiero por siempre mi hija.
Nunca compartas tu vida con alguien que no este dispuesto a compartirla contigo.
Nunca permitas que hieran tus sentimientos.
Nunca permitas que alguien se burle de ti.
Nunca permitas que tu sensibilidad sea la causante de tu sufrimiento, y de tus derrotas.
Nunca llores por una persona, nadie absolutamente nadie se merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
Nunca digas una sola palabra sin antes pensarla, puedes arrepentirte por el resto de tu vida, una palabra puede cambiar todo.
La vida es un pequeño instante, un diminuto espacio.
Aprovecha la, disfruta cada momento, saborea cada sensación, pero nunca dejes de vivir, de sentir, y de reír.










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