A pesar de que en la vida, te sitúan con una gente, que francamente si los hubiera conocido en otras circunstancias, salvó honrosas excepciones, creo que como estrellas fugaces hubieran, pasado por mi vida.
Tengo la enorme suerte de haberme tropezado, con gente muy buena, muy legal, de una honestidad y servicio totalmente contrastada, sin pedir nada a cambio. Mientras que a es@s que son tu familia, se creen que hay que estar les rindiendo pleitesía. Por favor, dicen que no son fals@s y se critican un@s a otros.
Que patéticos, jamás los crítico por detrás en éste caso, ya ven lo hago por delante.
Y si tengo gente, noble de enorme corazón desinteresados, con unas hijas labrando se un futuro una de ellas apenas catorce años, está a punto de publicar su primer libro.
Un@s amig@s maravillosos, sin pedir nada a cambio, con espíritu de servicio y hombro con hombro, mirando hacía delante.
Y que decir de mi compañera, esa fan incondicional de mis humildes trabajos y de mi humilde aportación a su vida.
Siempre diciendo que, lo que le he aportado, tanto y he cambiado su vida, ni un 10% que he hecho por otr@s.
Y es que esa es la diferencia entre la gente humilde y la gente vanidosa.
Y si prefiero, llegar con esta gente al final del camino, que no con vanidos@s, fals@s y anclas al final de mi vida.
Gracias a mi compañera, a mis hijas, a mis cuñad@s, a mi querido hermano, tantos y tantos que mis familiares algunos directos, preferentemente para mi están muertos y enterrados.
Y es que si del cielo te caen limones, aprendes hacer limonada.
Y a pesar de todo, si me necesitaran ahí estaré.
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