Ser funambulista, me admira sobretodo los que caminan en el alambre sin red.
Los que caminan sobre el alambre sin red, a diez metros aún, los admiró más si cabe púes pueden perder la vida o recibir lesiones irreparables.
Pues aún más admiró, a los funámbulos que hacen su actuación al aire libre.
La vida o el amor son alambres y al aire libre, una actitud, una respuesta, una manera son como golpes de aire, resbalones en el alambre de los cuales, te puedes mantener, en el alambre o te pueden ayudar a seguir la actuación.
Pero si una vez caminas por el alambre, cualquier circunstancia te hace perder el equilibrio, en la próxima actuación, ya vas con arnés y seguridad, puesta.
Pues así no veras perder, tu vida o lesiones irreparables quizás por un error del artista o por los golpes de viento y aire en tipo respuesta o actitud que puedas perder la actuación.
En un claro acto de auto protección el artista después de muchas caídas se proteja y ya no lo tome de sorpresa, ninguna de las circunstancias ambientales, del momento de esa actuación.
El artista, se vuelve a subir a otro alambre, cuando vuelva actuar en otro alambre, porque la vida es el alambre, hasta el fin de sus días. Pero ante las circunstancias externas ya siempre toma sus precauciones y una mala respuesta, actitud van en consecuencia, dejando sin ganas de seguir actuando al funámbulo.
Un día en un golpe de viento o en una brisa algo más fuerte de lo normal, después de aguantar golpes de vientos, una simple brisa o un simple viento, no muy fuerte y por su seguridad, el funámbulo, da por terminada esa actuación.
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