NICOLÁS PRIETO VENTURA, de la Federación Obrera de Vallehermoso, La
Gomera (10.marzo.1937). Deja dos cartas:
A su esposa, 26.febrero.1937: ‘En estos momentos soy condenado a muerte por
unos hombres que no tienen conciencia ni madre y que son unos canallas porque me
condenan inocentemente a mí como a los demás compañeros. Te encargo que a tu hija
cuando tenga conocimiento le dices por las ideas que murió el padre, que ella siga mi
camino, que yo he luchado por el bien de ella, que ella con los demás compañeros y
compañeras serán los hombres del mañana de la nueva España, pero no la que estos
canallas predican sino una España socialista, sin distinción de clases ni privilegios’.
A su madre, 4.marzo.1937: ‘Ésta es mi suerte. No estoy arrepentido de nada,
muero como un hombre, no un cobarde. Yo me voy a descansar, a no ser más esclavo,
que es esta vida un paso nada más. Muero satisfecho. Madre, lo único que le
encargo, se lo pido de favor, que no me haga misas de ninguna clase. Porque ésos
han sido los culpables de todo lo que ha pasado: la Iglesia, los curas, el Capital, en fin
todos esos canallas. Madre, le encargo que ahí dejo una hija, que ya que no conoció
padre, que tenga una abuela honrada toda la vida. Y a mi mujer, hágase cargo que soy
yo, mírela bien. Y a usted mi queridísima Madre el último beso de su hijo’.
Yo leí unas cartas de Nicolás, que no las pude ni leer porque era ahogándome en llanto...
Es una carta de despedida ‘de un condenado a muerte en el calabozo’. A la mujer,
que a la hija le dijera por qué había muerto su padre, que había muerto por la libertad,
por el socialismo, por una nación mejor.
Deja viuda, Dª Azucena León Marichal, y una hija, Haydée Prieto. Y a sus padres:
D. Nicolás Prieto y Dª Josefa Ventura.
NÉSTOR MENDOZA SANTOS, del sindicato de Tabaqueros de la C.N.T, natural
de Santa Cruz de La Palma (6.marzo.1937).
A su madre: ‘Quiero que sepas que si muero, muero por una causa que creí justa,
no por hechos vergonzosos. Puedes estar orgullosa de tu hijo, pues fue todo lo honrado
que se puede ser. No siento más que el dolor de Ustedes y el de María.
Deja una compañera, Margarita Rocha Mata; a su madre, Victoria Santos;
y dos hermanos, Pedro y Florisel Mendoza Santos.
FRANCISCO COSME GUERRERO, Guardia de Asalto destinado en La Palma,
que se alzó al monte (1.diciembre.1936): Al salir para fusilarlo dijo en voz alta: ‘Vamos
camino del último amanecer’ –Según escuchó el preso gubernativo herreño, Domingo
Ortiz Darías.
Deja viuda: Dª Catalina Fernández Canosas, y una hija llamada Josefa Cosme
Fernández.
Ya fusilado, llega desde ‘Guadalupe, Cáceres’, a la Prisión Militar Costa Sur (salones
de Fyffes), carta de su madre, fechada el 10-12-1936
que se alzó al monte (1.diciembre.1936): Al salir para fusilarlo dijo en voz alta: ‘Vamos
camino del último amanecer’ –Según escuchó el preso gubernativo herreño, Domingo
Ortiz Darías.
Deja viuda: Dª Catalina Fernández Canosas, y una hija llamada Josefa Cosme
Fernández.
Ya fusilado, llega desde ‘Guadalupe, Cáceres’, a la Prisión Militar Costa Sur (salones
de Fyffes), carta de su madre, fechada el 10-12-1936
Guadalupe
10-12-1936
Querido hijo: Sin ninguna tuya te escribo la presente para que veas estamos bien y
Enterado de tu situación te digo que cómo no me lo has comunicado antes pues bien ajena
Estaba de ello sólo te digo que tengas fé en la Virgen Santísima que ella te salvará para
Mí ya puedes ver el disgusto que ha sido creo habrán llegado los documentos a su destino
o sea al Generalísimo Franco.
Tanto don Eusebio como el Padre Lázaro te envían sus recuerdos.
Escríbenos pues es un consuelo para nosotros tus cartas ya que estamos tan lejos.
Sin más recibes un abrazo de todos tus hermanos con uno de tu madre
Querido hijo: Sin ninguna tuya te escribo la presente para que veas estamos bien y
Enterado de tu situación te digo que cómo no me lo has comunicado antes pues bien ajena
Estaba de ello sólo te digo que tengas fé en la Virgen Santísima que ella te salvará para
Mí ya puedes ver el disgusto que ha sido creo habrán llegado los documentos a su destino
o sea al Generalísimo Franco.
Tanto don Eusebio como el Padre Lázaro te envían sus recuerdos.
Escríbenos pues es un consuelo para nosotros tus cartas ya que estamos tan lejos.
Sin más recibes un abrazo de todos tus hermanos con uno de tu madre
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