viernes, 10 de marzo de 2017

Las almas atormentadas

Las almas atormentadas
Tengo una teoría, quizás las almas que más sufren son, las que luego se entregan a diferentes vicios o formas, de evasión de la realidad, la vida esa perra de ojos azules como el firmamento tan plácido y lleno de paz muchas veces, pero que muchas más veces se vuelve agrio de un sin sabor o quizás de  un amargor tan asqueroso como la hiel.





En esos reveses muchas veces en nuestra infancia quedan marcados, recuerdo incrustados como metralla en la dermis al haber explotado un  suceso de fragmentación que ha pasado desapercibido en el tiempo, pero que se queda en el subconsciente vivo, muy vivo. Que muchas veces, no curan están metidos en el trastero de nuestro, subconsciente y marcan pautas de lo que seremos en un futuro, pasado unos años, llevamos a nuestro cada día e incluso a ese adulto que a veces llegamos a ser, no siempre a sin saber porque, esa tara arrastrada desde no se sabe cuando, se pone a la palestra casi sin darnos cuenta, entra a formar parte de nosotros y de nuestra forma de ser.
Hay tantas almas atormentadas, con conciencia de ello o no, pero están.






Esa reprenda, injusta porque que acusación no era contigo, una traquina sin ton ni son, porque una mala contestación en un momento, el creer a terceros antes que a ti, aunque no fuera de tu familia, cuando lo único que demandaban era un abrazo un beso, un momento de diálogo del porque de las cosas. 




Trasladas a tú vida cotidiana, tras pasar largos años, actúas de forma visceral, de modo impulsivo y muchas veces tu subconsciente, no lo quiere admitir.
Y te puedes refugiar en una evasión, o en buscar cariño y comprensión en otros, porque anteriormente, no te habían entendido.

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