Llevaba tiempo, sin hacer esto. Estaba absorto en otras cuestiones de la vida.
La verdad expresar, mi sentimientos, mi pasión en la escritura, pues muchas veces hablando, no lo puedo desarrollar, es mágico.
Aquí, suelo volcarme en mis cuestiones personales, aquí busco junto a la música mi vía de escape, porque hay puertas hinchadas que cuestan cerrar, pero poco a poco con la lija del tiempo y el cepillo mental de la meditación y las nuevas vías de exploración, buscas nuevas alternativas.
De momento, decidí no volver a tener relaciones personales, íntimas o de pareja, prefiero estar con mis amigas fieles y nada exigentes como son la soledad y la melancolía.
No hay mayor placer, que una canción de fondo y tu viajando a tus recuerdos y como una tercera persona, mirar como un espectador.
Cuando se quiere, se está y siempre se busca el momento para estar y tu vida gira alrededor de esa persona, a la que amas y quieres.
No me puedo quejar de mi última relación, creo que fue la mejor, pero la falta de diálogo y otros aspectos de comunicación y de poner las cartas sobre la mesa, además de cuestiones personales adheridas, a nuestro ser, en nuestro carácter hicieron que no fuéramos más allá.
Pero oyendo una canción de Elton John, Curtains me vino una imagen clara sin ninguna, cosa en especial, estando en el faro de Fuencaliente y en silencio los dos tomando el sol.
Las taras personales cuando más viejos nos vamos haciendo, se acentúa más.
Ni sus carencias eran las mías, ni las mías eran las suyas.
Fui muy, muy, feliz pues con su alegre cámara iba plasmando cada instante. Y esa era una de mis mayores alegrías pues ver la cara de sorpresa, la ilusión, al mismo tiempo a mi me llenaba de enorme placer.
Sin lugar a dudas, gracias por tantos momentos de agradecimiento.
Volveré a preparar la casa como todos los viernes. Las buenas costumbres no se deben perder. Y era mi pequeño homenaje para que esos escasos dos días, fueran otra realidad distinta.
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