A las tres de la mañana, recibir un mensaje por WhatsApp y que te digan, " mañana comemos Sierra " pesqué seis entre que las reparto, una nos la mandamos tú y yo.
En ese momento, mi mente empezó a darle para lante y para atrás, pensando como preparar la Sierra, pensé " la haré a la espalda, en la plancha, hacía años que no comía pescado a la plancha, fresco y con un adobo, el cual no voy a contar, secreto de técnicas.
Pasé en menos de un mes y medio de interminables, gilipollas de mensajes, nimios, como " que voy hacer de comer hoy " o " me dijo esto o aquello tal o cual cosa" realmente cosas intrascendentes, que no venían al caso a tener mensajes de WhatsApp solamente, para las cosas más necesarias, no había esa pesadilla.
Bajo los acordes de Counting Crows y su tema, para mi una genialidad M. Jones, que me activa, comenzó la mañana, escribí mis cosas, las cuales había llegado, tras varios días de análisis interior, me di cuenta que para tocar fondo, ya me costaba mucho menos. Más rápido llegaba, a ese estado.
Comimos, esa Sierra sabrosa, aprovechando, que las rutas de los atuneros, pasan por nuestra tierra, dos botellas de La Gota, hablamos, la humanidad de muchas, personas que te quieren realmente, nunca las vas a dejar marchar. Lo sorprendente de algo de todo esto, es que alguien, que me necesitaba al cual aconsejé, me trajo que tenía guardado una bebida de reserva de 12 años, la cual se toma seca o con hielo. Al bajar después del manjar, estás agradables gotas por mi gaznate, se refresco mi alma. Más adelante ya oyendo, un buen castigo de Fito, apareció la estrella, para un día perfecto, el corazón de atrezo, en su reverso, sirvió para algo y me di cuenta que hasta de los obstáculos más grandes, pueden ser sobrepasados, después de mucho tiempo, había disfrutado de verdaderos sentimientos de amistad, compañerismo y saber quién está ahí para las caídas. Sin pedir nada a cambio. Y es que realmente quien realmente te quiere en su vida, te tiene. No importa el género, lo importante es la persona.
Conclusión, hubo un antes y un después de la lavadora, desde ese momento, cambiaron las cosas. Y es que realmente no necesitó en mi vida, sino gente legal, sin un quid pro quo, de por medio.
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