Sentado, intenté crear una fábula.
Encontré a un animalito, el cual a pesar de tener ya una edad considerable, en su actitud particular era bastante inmaduro, creía que porque lo valorarán por sus actitudes físicas fuera, súper valorado pero en su desarrollo mental, estaba muy por debajo de las expectativas que se le exigen a un animalito de ya su edad. Observé que más, nada se podía hacer por el, pues no tenía ni remedio ni cura.
Más adelante me encontré otro animalito, que sabía navegar en la noche y que tanta noche, había deteriorado, sus facultades de la percepción de la realidad, buscaba ya irse a su hábitat, había migrado muchas veces y ya estaba cansado de tanto migrar, en la noche y ya no podía recuperar esa elección de animal migratorio. No tenía recuperación.
Luego caminando, encontré otro animalito que entre sus complejos y alguna enfermedad que otra había hecho un mundo muy místico, con este me entretuve un poco, sabía buscar su sustento, sabía que la vida la había desperdiciado en crear, su modo de vida que a su vez era su prisión. Le enseñé, técnicas de como cazar específicamente, no por poner más trampas, cazaras más, le enseñé a fijar un objetivo. Al final aprendió mi técnica y eso me lleno de orgullo. Observé su bondad, inigualable.
Seguí mi camino y encontré otro animalito, este fue normal, había pasado tiempo en una jaula de oro, pero al final era jaula.
Me hizo con sus gestos y nuestro poder de comunicación, que necesitaba mucha ayuda, pues tenía muchos temores, muchas carencias de cosas. Yo le brinde esas carencias, le hice perder el temor, le enseñé, incluso llevándome alguna repercusión física, irreversible.
No mereció la pena, no me agradeció mucho todo aquello, todas las carencias que de mi experiencia le pude aportar.
Y el último animalito siempre estuvo conmigo, pues mientras yo ayudaba a los demás animalitos, mi animal genuino e intransferible, me tocó el hombro y me dijo : " ya es hora que te preocupes de tu animal, pues has estado preocupando de los demás animales, menos del realmente, te tenías que preocupar, que soy yo"
Por un momento, me di cuenta había dejado de preocuparme, por mi, mientras estaba preocupandome de otros animales, que no eran yo.
Empezó mi verdadero reto, aquí empieza un antes y un después.
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