lunes, 14 de agosto de 2017

Cositas.







Volví sobre mis pasos, no fue para lo que vulgarmente, se conoce para coger impulso.
Hice una retrospectiva, sobre el camino recorrido y volví a emprender, el nuevo camino pues me busque y me hallé en la misma encrucijada de la partida.





Pormetí y volví a prometer que, antes de ceder en mis principios e ideales, tendría que tener una seguridad palpable. Y es un mínimo de garantías contrastadas, jamás vería, una opción diferente a la mía.
No me arrepiento del caminó al fin y al cabo lo interesante no es llegar al final del camino, lo realmente importante es el camino.




Y las observaciones, que hacía a los viandantes que encontré, los cual pidieron, ayuda y socorro ayudé, con fiel gratitud, con agradecimientos y humildad me pagaron, pues tan sólo el hecho de reconocer la ayuda, mi corazón se llenó de gozó.
No diré que desagradecid@s encontré también, pues el camino no fue nunca fácil. Pero quedan en el informe de error.




De vuelta al principio decidí, marcar los objetivos que tenía fijados, pues sino cumplía con ellos, sería una vida, vacía e insulsa, pues no hay peor traición que no respetarte a tí mismo.
Fracasaría como, ser humano y decidí seguir, me busque, saborear las cosas que son inmateriales, como el leer un buen libro, pensando en cada página y haciendo  reflexión con cada capítulo, tenía la añorada tranquilidad, ese placer de por un buen tema de cualquier tipo de música, sintiendo cada acordé y transportarme a cualquier otro lugar en el tiempo o imaginar un futuro mejor. Pero claro un futuro propicio, posiblemente realizable, pues trabajas para ello. Aunque es posterior y es incierto.





Aguantando muchas veces del entorno, con sus sofismas, desvirtuando un pasado que fue su fracaso, no el mío. Aunque yo sirviera o fuera un daño colateral. Pero haciendo profusión de una historia, que nunca fue como la cuentan.
Sus argucias, caen por su propio peso y ese auto engaño al final y con el devenir del tiempo les pondrá los pies en el suelo.






Pero en su corazón y en su conciencia sabían la verdad.
Vivir con el alma tranquila, con la conciencia limpia, no tiene, ni tendrá precio.
Llegué a la encrucijada y marqué un objetivo, pequeños pasos si, pero poco a poco, logró a logró y saborear cada momento de un objetivo conseguido.
Esas pequeñas cositas, que al final y ajuntando-las se hacen en tu objetivo.






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