miércoles, 30 de agosto de 2017

Emociones


La  con la gente que me relacionó, diariamente con sus frases y sus carteles, me inspira. A tod@s ell@s, gracias.
""La sensibilidad, es el vestido más elegante y preciado con que la inteligencia puede vestirse""
Esta frase es cierta, siempre tanto en el aspecto, de las sensaciones en positivo, como en negativo.
La sensibilidad, cuando percibe la cognitiva. La definición anterior es muy acertada sobre todo cuando nos referimos a la inteligencia cognitiva, que es aquella que tiene que ver con diversas capacidades del ser humano como son la memoria, la atención o  el lenguaje, etc. Este tipo de inteligencia ha sido la que, tradicionalmente, han tenido más en cuenta la mayoría de sistemas académicos y educativos y suele medirse e términos de Coeficiente Intelectual. 


La inteligencia cognitiva está influida por el análisis y procesamiento de información proveniente del sistema cognitivo del ser humano, el cual tiene las siguientes características:

Se basa en la división por procesos, es decir operaciones mentales que están implícitas en el funcionamiento cognitivo e intelectual.
Existen tres estructuras cognitivas: estructura receptor sensorial, la cual admite la información interna y externa, la memoria a corto plazo, que da la posibilidad de utilizar la información en un intervalo reducido de tiempo  y la memoria a largo plazo, que es la capacidad para recuperar y utilizar la información.
Los procesos cognitivos de clasifican en 4 categorías: atención (elección de estímulos), codificación (manifestación de la información), almacenamiento (mantenimiento de la información) y recuperación (uso de esa información retenida).
No obstante, la inteligencia cognitiva deja de lado una cuestión muy importante y de gran importancia para el éxito personal y profesional de un individuo: la gestión de la emociones propias y ajenas. Nos referimos a la inteligencia emocional, la cual es entendida como el conjunto de capacidades que nos permite comprender, regular, manejar, valorar las propias emociones y percibir y reconocer las emociones de los otros.

La inteligencia emocional, nombraremos unas pocas de las características de este hecho.
 Si cuando incluyes hábitos de deporte y buena alimentación en tu vida, te conviertes en una persona más saludable, ¿qué pasaría si incluyéramos en nuestra rutina hábitos que nos hicieran más inteligentes emocionalmente?

--Reconocen sus sentimientos y los de los demás
Tienen un amplio vocabulario emocional que les ayuda a saber expresar exactamente cómo se sienten y ponerlo en palabras. Además, tienen lo que llamaríamos “empatía”, es decir, ponerse en los zapatos de la otra persona y sentir lo que siente el otro. Reconocen las expresiones y el lenguaje no verbal de las demás personas para interpretar qué es lo que sienten y sacar toda la información posible de ello.



--Expresan correctamente sus emociones y sus pensamientos
Al reconocer las emociones y los sentimientos propios es más fácil que sepan qué tienen que hacer o cómo tienen que comportarse. En este sentido, expresan sus emociones y sus pensamientos de una manera más honesta consigo mismos y con los demás. No se callan sus emociones, las escuchan y conocen qué quiere decir cada emoción en cada contexto. Saben regular la intensidad de sus emociones y expresarlas en la forma justa, tal y como ellos quieren. Son los dueños de su expresión emocional, no meros peleles a merced de sus emociones desbocadas.



---Son fuertes y no se ofenden con facilidad
La personas con alta inteligencia emocional se caracterizan por tener una personalidad firme y no tomarse demasiado a pecho los comentarios ajenos. No se llevan las amenazas a lo personal y saben diferenciar entre hechos y opiniones. Diferencian las críticas constructivas de las críticas que sólo pretenden hundirlos y saben alejarse de comentarios despectivos que sólo traen destrucción. Saben distinguir entre los ataques y cómo reaccionan ante esos ataques y deciden hacerlo de la forma menos dolorosa para ellos mismos.


--Reconocen cuando se equivocan y rectifican
Equivocarse es innato al ser humano y a todo proceso de aprendizaje. Las personas con alta inteligencia emocional aprenden de los errores en vez de sentirse víctimas. También piden perdón cuando es necesario si han hecho algo que ha podido afectar a otras personas de manera negativa. Piden perdón de corazón y perdonan.
Reconocen sus errores humildemente e intentan poner en marcha todo lo necesario para subsanar el daño o mejorar la situación. No se obcecan con una idea y se hunden con el barco, sino que están abiertos a nuevas ideas y opiniones teniendo en cuenta que son ellos los que pueden estar equivocados.


 --No buscan la perfección
Saben que nadie es perfecto y que la perfección es una ilusión que lleva a tener expectativas demasiado distorsionadas respecto de la realidad. No persiguen hacerlo todo bien a la primera. Saben que todo forma parte del proceso de aprendizaje y que errar es humano. La perfección es una trampa.


Podríamos seguir, pero creo que son ejemplos suficientes, tanto la inteligencia cognitiva, como la emocional tienen un nexo común la sensibilidad.

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